jueves, 20 de noviembre de 2008

Doodle



San Google, la cajita de pandora, cajum, sin que tengamos que aclarar por qué, no es el caso fomentar la paranoia.
Aprendí una palabra nueva, jaja que el letrero e imágenes de GOOGLE que hemos visto cambiar con motivos alusivos al día festivo, se llama DOODLE
Pero hace 2 días, ví que su página contiene un anuncio donde menciona que más de 50,000 niños (mexicanos) enviaron su Doodle con el tema El México que quiero.
Y para allá fui, a ver las creaciones de los pequeñines, están en 3 categorías por grupos de edad, y sí, le estoy sugiriendo que vaya también a mironear, no verá las 50 mil, pero verá algunas, yo voté en las 3 categorías ya, tenía un rato libre y le confieso lo que me conmovió: lo que explicaba cada niño sobre su dibujo.
De forma general, siempre un niño visualiza de una manera distinta y mágica la vida y tienen unos ubicatex contundentes para los adultos cuando quieren y cuando menos se lo espera uno, pero ahora me queda esa sensación del toque (por decir lo menos) de violencia con la que viven ya. Que un niño pida que quiere un México donde pueda salir a jugar o estudiar sin miedo a que le secuestren... me restregó en la cara que no es suficiente lo que hacemos, no porque seamos policías, (sin ofender a los que pasen por acá), no es el caso que salgamos desatados a atrapar delincuentes, pero sí depende de nosotros el tipo de sociedad que somos y de la cual formamos parte.

Entonces, ya que anda de ocioso por acá, vaya a la página principal de google y dése una vueltecita por los doodles enviados por el chamaquerío, y cuénteme sus primeras impresiones.

jueves, 13 de noviembre de 2008

200 en red


Me da igual ser cualquier cosa, menos cobarde, falsa, tramposa en cuestión de sentimientos, o puta; prefiero tener el cáncer que un corazón deshonesto. Y esto no significa que sea una beata. Soy simplemente una persona práctica. De cáncer se muere a veces; de lo otro, siempre.
Miss Golightly, en Desayuno en Tiffany's, Truman Capote.


Hace unas semanas, leía esta novela, justo mientras esperaba enfundada en una sexy pijama de hospital mi entrada al quirófano, aunque esta vez lo haría en camilla. Pensaba que soy una persona afortunada, tenía a mi madre esperando por mí afuera, junto a mi acompañante, espero que no les haya dado tiempo de sacar la lista de travesuritas que les he hecho. Solo les pedí que me dejaran meter mi novelita, accedieron al cabo que estaba muy cerca del locker, donde deposité mis pertenencias. Ahora no es el caso revivir morbosamente lo que pensé en ese trans, que no es mucho, en sí tengo la mala costumbre de vivir lo que hay, sin estarme lamentando de hubieras o quisieras. Pero ese párrafo me cayó como anillo al dedo, tan me gustó que desde ese tiempo planeé incluirlo en mi post #200.

No seré Miss Golightly, pero no puede dejar de sentirme identificada, no el bizqueo que resulta hasta atractivo y el cual, Truman recalca varias veces. Lo que me enamora es el afán desprendido, de vivir la vida. No me queda duda de la gran influencia de esta novela para Diablo Guardián, de Xavier Velasco y que tantas risas me provocó. Una Violetta que nombraba los lugares que conozco del df, el super que visita en Polanco era mi tour de fin de semana, las postal cards mencionadas, que tantas veces yo había dicho a personas que he amado, cuando me preguntaban por qué les veía a ratos en un hobbie contemplativo, yo respondía que simplemente tomaba una foto, una postal card para los recuerdos que más significado les he querido dar.

A propósito de nada, como en los blogs, es curioso como uno va hilando, armando redes donde sentirse caer cómodo si juega uno al equilibrista, o construye una realidad, con los retazos que recopila, uniéndolos por extrañas coincidencias, y esta realidad por demás inexacta es la más cercana a lo que hay.

Hace unos días leía en el blog de ahm sobre los blogs, en varios sitios también mencionan el decaímiento en que se encuentran, tal pareciera que se agotaran las ideas en los autores, dependiendo de los temas que aborden. Este sitio ya existió antes en otros lugares, en otras formas, aún antes de la red, aunque esto no garantiza la perpetuidad de posteo en el blog, pero supongo que habrá gente para la que sea una moda, y otros para los que es una mezcla entre necesidad, fuga y placer culposo, llámese blog, página personal, o libreta de apuntes, o con más categoría una moleskine, como me fui a enterar con LataModerna.

Pasados 200, no es mucho ni poco, con más de 40 mil visitas, aunque dejé de estar pendiente cuando llegaron a las primeras mil., la mayoría cae por error, pero los que se quedan en estas redes, bien valen la pena. Porque eso ha resultado el mayor beneficio, no solo el hecho de venir acá, tirarles un cuento, y encender las luces del show, sino que la gente que participa, se han ido convirtiendo sin siquiera darme cuenta en nuevos amigos, los blogmigos.


Ahora al relajo, si alguien sabe qué libro ha sido utilizado para la foto, no dude en mencionarlo, hay premio. Datos útiles, de venta en México, no es el que anuncia google libros, evítese la fatiga de buscarlo ahí, aunque si lo encuentra por otro lado pues se toma en cuenta el esfuerzo.
Actualización: El primero en mencionarlo ha sido César, vía gchat., así que estoy a la espera de que escoja su premio...

Para que no se queden con la duda ahí les va, el libro utilizado fue:

Varios autores (2004). La cita y otros cuentos de mujeres infieles. Punto de Lectura
La página 200 está en el cuento de Hayashi, Fumiko: Barrios bajos.

Foto: 200, por Zereth, de su colección particular.

sábado, 8 de noviembre de 2008

La vida lechuga-sport


Llevo dos días con un cambio en mi dieta.
Y muero de antojo por unos nachos pfffft.


Soy malísima para eso de las dietas restrictivas, porque disfruto comer, a pesar de todos los pesares como lo más saludable posible, lo que me resulta difícil es disminuir la ingesta acostumbrada. Estoy en un peso normal, mi índice de masa corporal está tan campante, pero con eso de la carrera, concluí que necesito alimentarme mucho mejor.
Normalmente se entiende por dieta cuando se restringe la ingesta, aunque dieta es lo que consumimos sea mucho o poco, pero aquí para el caso viene siendo lo mismo porque sí estoy ingiriendo menos calorías. Hace varias semanas que no pruebo las galletas de avena, me gustan mucho por temporadas, no soy gran consumidora de dulces, salvo por rachas, en que parezco lombricienta y quiero comer pan o alguna de sus variedades. Afortunadamente ahorita no se me han antojado y espero seguir así, no es buen momento para hacerlas crujir entre mis dientes.

Ya venía desde hace un tiempo queriendo regresar de lleno a mi vida saludable, tengo una extraña combinación del gusto por la vida bohemia con la vida lechuga-sport. Pero me desgasto, tengo que aceptarlo, ya no puedo llevar el mismo ritmo de vida, consumir vino tinto, dormir hasta altas horas de la madrugada e irme a correr a las 5-6 de la mañana. Entonces he aprendido a disfrutar lo que me gusta por temporadas, y es que me encanta salir con mis hermanos o amigos, trasnochar, pero ya no hago esa insensatez de ponerme muy deportista horas después.
Así que por ahora estoy en la vida lechuga-sport, ahí se ve que luego hasta deprimida me leo, como en el post anterior que me dió remordimiento, tal vez los angustié y yo solo estaba externando algo que pasa sin que en realidad mi vida sea apocalíptica.

Total que como manda mi menú de estos días, por las noches he cenado mi vaso de yogurt natural... y mientras me chillan las tripas, me mentalizo, pienso en toda esa ropa bonita que tengo y me quedará hasta flojita, ajá, ya ví que para la siguiente temporada primavera-verano regresan los pantalones ligeramente acampanados, así que reciclaré unos cuantos que había sacado ya de circulación... sueña, sueña, sueña, el hambre no existe, es tu imaginación.

Vuelta a la realidad.
Hoy mientras comía mi hamburguesa con lechuga, el acompañante saboreaba su hamburguesa de a deveras, incluyendo pan, y todas esas cosas tan odiosamente ricas como las papas fritas.
¿Están poniéndome a prueba? a lo mejor no me he dado cuenta y mi vida está siendo filmada para algún programa tipo reality show: Mi vida en el Bunker, primera temporada.
¡Hola mundo!.

Anotaré la receta tan pronto tome una foto de una hamburguesa preparada, al estilo acompañante, quien por supuesto que me preguntó por mi raquítica hamburguesa, extrañado porque suelo ser de buen diente. Es obvio que no iba a sacar el argumento de "estoy gorda, subí 10 gramos", mejor digo directamente lo que pretendo: quiero correr y mi alimentación es importante.
¿O era al revés?
Contra todo pronóstico, estoy convencida de que mi figura corporal es setentera, tal como lucían las mujeres en las películas de Mauricio Garcés, Arrooooz!. Aunque me bombardeen los medios de publicidad con modelos flaquísimas, mis pretendientes potenciales no opinan lo mismo, y yo no iré a limarme los huesos de las caderas solo para verme espiritifláutica. Tampoco apoyo esa idea de que las ballenas son felices por decir amablemente que todas las mujeres gordas deben conformarse porque las flacas sufren. A lo que yo le tiro es a mantenerme saludable, hasta donde sea posible, sin caer en extremos.
Total que es dura la vida lechuga-sport, pero todo sea por aprovechar y cuidar el equipo, ya veré en los siguientes días, si realmente me siento físicamente mejor o modifico nuevamente el plan.



Foto: Pea on fork :p, en flickr por Cheekybikerboy, usada bajo licencia Creative Commons Atributtion-Noncommercial-No Derivative works 2.0 Generic.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Los últimos días


De un tiempo para acá, percibo más problemas, no es que no los hubiera antes, solo que se les ha dado por juntarse o agudizarse, de modo general e individual.
El miedo, coraje, son algo común a todos, vivir en México tiene sus cosas bellas, pero también hay días en que la misma gente, una masa de desconocidos, me harta.
Porque muchas cosas podrían ser distintas y no lo son, me resultan una carga, nunca he sentido mis esfuerzos inútiles, porque no lo son, solo que cuando se me juntan los ineptos no hay más que estrujarme las manos, e implorar al inmenso espacio, ¡Dios si existes, quítales lo tarugos!.

No bastaba con la crisis económica a nivel mundial, que aquí en México ya tenemos harta experiencia en eso, apretarnos el cinturón, como sea se hace, para quienes llevamos una vida austera por elección, ahorrar sigue siendo una tarea de todos los días, así que no hubo gran cambio. Yo que ni a tarjetas de crédito llego soy feliz cual lombriz (¿las lombrices tienen sentimientos?).
Ahora lo del asunto de la inseguridad, hasta mi búnker llegaron unos malandrines pegándome un sustazo y donde finalmente nunca supimos si eran policías o rateros, con o sin credencial, afiliados o no al sindicato. Aunque como venían en un coche sin placas, y sin uniforme, lo más seguro es que eran policías cumpliendo su trabajo, porque los malandrines ahora ya se uniforman, la indumentaria la consiguen en cualquier tianguis.
En México que estamos acostumbrados a elaborar las más torcidas deducciones, producto de una censura ancestral, ahora en esta semana le sumamos lo del accidente donde falleció Muriño. Me gustaba el difuntito, un poco orejón pero tenía su encanto, como sea, no solo su familia sino la de todos los afectados, tripulantes, pasajeros, conductores, peatones y gente que laboraba, para todos ellos ha sido un duro golpe, para los que ni vela teníamos en el entierro también, me angustió saber el lugar del accidente, porque conozco gente en el df que circula por ahí, la ruta me es conocida, afortunadamente nadie de mis cuadernos de doble raya estuvo ahí, aunque no deja de ser triste. Hay cosas que no deberían pasar, pero irremediablemente se vive con y desde las situaciones más terribles.

Es eso, después de todo vivir en México no solo es lindo y querido, también tiene miedo, coraje, y tristeza. En otras partes del mundo también, no lo dudo. Con todas mis fuerzas trato de reponerme, me doy valor, y no me quejo, sigo trabajando, así me tranquilizo.

Ayer, mientras paseaba forzosamente por unas calles a las que fui a dar sin querer, es cierto que vengo echando maldiciones, y doy mi veredicto, que exista tanta gente que no tiene ni ápice de civilidad, encontrar gandallas todos los días es posible, pero nunca deseable. Al fin, con esta fauna tengo que convivir, solo espero que cada día se vayan humanizando unos cuantos.
Ah, y hace unas semanas me chocaron, alguien tuvo un accidente, pero el resto fueron imprudentes, si tan solo la gente mantuviera su sana distancia mientras conduce o espera en el tráfico, otro gallo nos cantara, en fin, hasta acá llegó el ramalazo, leve, pero ¿qué necesidad? diría JuanGa.

Ahora que no todo es sufrir y llorar, mi enamorado de cuatro añitos sigue suspirando por mí, ojalá todo fuera como el amor.



Foto: Saltimbanco, en Flickr por J.C. Rojas, usada bajo licencia Creative Commons, Atributtion Share-Alike 2.0.

Otros chismes de este mismo blog

Blog Widget by LinkWithin