lunes, 22 de diciembre de 2008

Cualificación a los post

Creo que ni hay nadie, pero para los que no pudieron salir de vagaciones, ejem, y tienen un alto sentido de responsabilidad, les comunico una novedad. Bueno, apenas me dí cuenta.
Verá usted estaba yo ocupadísima en mi nuevo blog... qué no me basta lo que tengo? sí y ya ni escribo tanto porque tengo mis pretextos, pero en sí lo que estoy elaborando es mi wish list. Lo cual solo importará a un sector muy pequeño de la población mundial, pero hasta para eso requiero mi tiempo para facilitarles la vida y que regalarme algo no sea ni costoso ni porque me vean elegante y refinada piensen que si no es de alguna marca carísima mejor ni lo intenten.

(cortinilla musical de nuestros patrocinadores)


Luego del comercial, viene lo bueno. Ahora en la configuración de las entradas hay una nueva modalidad como les muestro acá, y este post es en parte informativo para los que les gusta estar a la vanguardia en su blog (se leyó bonito, no se queje); pero también tiene el modo "piloto" es decir estoy viendo si sale lo que estoy aquí anunciando:




Como verá, en lugar de reacciones yo preferí ponerle, La revancha lectora. Porque si se puede cualificar un post, en cierto modo es una forma de retroalimentarnos. O sea, si está muy chafa el post, ahí se desquitan por haberles cansado las retinas. Más chamba.

Actualización: Ahora resulta que blogspot se pone virginalmente imposible para mostrar la cualificación en los post de éste blog. Por la sencilla razón que su plantilla está un tantito manoseada, uhhh qué sensibilidad. Pero pueden ver como quedó en el blog oculto (side dark).

jueves, 18 de diciembre de 2008

Pre-navidad


Desde Agosto empecé a ver los adornos navideños, tal como lo dicta la tradición mercantil. En las últimas semanas, he visitado algunas tiendas, busqué algunos regalos, pero no por navidad, que lo que buscaba son algunos regalitos de cumpleaños de gente que veré en estos días. A comparación del año pasado he visto incrementos en alrededor de un 30 % en las tiendas departamentales., claro también dan rebajas, las cuales son en monedero electrónico o monedas canjeables, el chiste es que sigas cautivo.

Entonces, si todo va bien, al siguiente año, regalaré bufandas.

Ya imagino el gusto que les dará ver un regalo confeccionado con mis propias manitas. Cajum.

Tenía que justificarlo de algún modo, lo cierto es que la producción de bufandas ha ido en aumento, y seguiré hasta que mi cajón de trapos para el cuello no dé para más., o sea como unas 2 más.

Ya no quiero ir a más tiendas, conforme se acerca la fecha del 24 de diciembre temo encontrar multitudes, solo hoy pasaré a comprar unos libros y daré por terminada la misión. Ah también tendré que pasar por todo lo que requeriré para preparar el bacalao, que muy ufana ofrecí llevar con los papás del acompañante... ahí nada más para que vean la calidá.

Ay San Wichito, protégeme. (Patrono de las artes culinarias)

Porque ya me ha pasado que un día vino mi hermana a visitarme y yo había hecho muchísimas veces mis laureados brownies., y cuas, por andar en la plática salieron más morenos, comestibles aún, pero qué pena, esos brownies no han sido mi mejor performance.

¿Ya se fueron de vacaciones? oficialmente laboro solo hasta el 23 de diciembre, el 24 no iré porque no quiero que me tachen de insensible, tengo una reputación emotiva que cuidar, y casi toda la gente está demasiado ocupada como para ir a consulta.
Aquí es cuando extraño la vida burócrata, alguna vez me tocó la felicidad efímera pero contante del aguinaldo., claro era un trabajo de 8-4 sin escatimar un solo minuto, religiosamente tenía que checar tarjeta (luego luego la desconfianza), e igualmente cada catorcena me daban una miseria de sueldo., pero nos abusamos mutuamente.
El trabajo lo hacía de 8:00 a 8:30, porque mi chamba era como socialité en el área médica. Entonces 1 día al mes planeaba todas mis actividades, y diariamente invertía media hora en que todo funcionara como debía. El resto del tiempo: un café a las 9 de la mañana, a mi cargo había una secretaria muy graciosa, con un genio de la fregada, pero de buen corazón, y me daba mucha risa cuando como respuesta ante mis "pendientes" por redactar, yo solo se los anotaba que requería tal y cual oficio para mengano y sutano... en la burocracia se acostumbra mucho eso, te carteas constantemente, sin ser seguro servidor, ni El sufragio al derecho ajeno, como sea que le acomoden el chiste es que haya esa ida y vuelta de papeles justificando asuntos sin trascendencia. Tan fácil que era decirme, sí, nos vemos para tomar el café y vemos las estadísticas de salud de la ciudad. Punto.
Pero Doña Inés, la secre, me decía ante la fila de papeles por redactar: fórmelos aunque no marchen. Tan amable ella. Yo solo sonreía y seguía a hacer lo verdaderamente importante, que era estudiar para mi examen de residencias médicas. Solo estuve 6 meses en ese trabajo, a donde me llevó un amigo casi a rastras, porque requería a alguien de su confianza, me entrevistaron pero supongo que solo era un formulismo, y con la seguridad que peco, les dije que nada más estaría 6 meses, ya que presentaría el examen y pasaría, con ayuda de ellos, con todo lo que ahí aprendería (ajá) y si eventualmente en algún tiempo libre yo podía leer libros médicos. Mucha decencia la mía, bueno, yo nunca había trabajado en un lugar así, ni que checara tarjeta ni usando nepotismo. Pero vea, cómo sería que yo buscaba qué hacer. Porque no crea que me puedo sentar a leer de 9:00 a 16:00. Se me cansaba el neuronaje o se me cansaba el cojín anatómico. Y ahí andaba yo buscando donde dar algunas consultas, casi siempre iba a parar a consultas con personas de la tercera edad, ahí siempre había demanda, y me gustaba. También había una psicóloga a mi cargo, con quién me divertía resolviendo sus tests, aunque más bien su trabajo era encaminado a broncas existenciales de gente de escasos recursos, había algunas trabajadoras sociales, con quienes tenía un programa de nutrición con niños de zonas marginales (dentro de la ciudad), e iba una vez a la semana con ellas a algún sitio, colonias que en mi vida había escuchado, sí es difícil salir de tu mundito pero a mí me gustó hacerlo, mi ciudad no solo eran las calles y gente que había visto, también era aquello tan jodido y miserable, no me deprimía, hasta con eso iba siempre con gusto. Otras ventajas adicionales, quedaba sobre la misma calle de mi casa, solo que varias cuadras más como 10, lejísimos no, ehh, ah y a media cuadra había una librería-cafetería donde vendían unos bagels de salmón con queso crema y aceitunas, y yo les visitaba seguido pero el bagel lo ingería cada catorcena, por ser asalariada.
A final de año, hubo reunión de toda la dependencia, me gané un coche... de plástico pero con muchos vales de gasolina en su interior, yo ni coche tenía así que terminé canjeándolos con varios de la misma fiesta, y llegué a mi casa con mi regalo en cash.
Sui generis el festejo navideño, fué con un pozole... y la rifa ya estaba prevista desde antes de que llegáramos, no sabía, abajo de cada silla había un papelito pegado con un número. Entonces hicieron una bolsa con todos esos números y fueron eliminando a uno por uno. Hubo algunos otros premios chuscos, escobas, ropa interior ridícula, y el último papelito, el que se negó a salir, era el que tenía mi número.
Si no pasaba el examen para la residencia, había premio de consolación, me ofrecieron otro puesto, menos horas y mayor salario, más responsabilidades, pero detuve mi carrera política, el día que dieron los resultados, los cuales salían publicados en un periódico de circulación nacional, yo me mantuve trabajando no quería pensar en eso, de no pasar tendría que tragarme mi orgullito y decirles que el trabajo ahí era mi mayor motivación en la vida. Ninguno de los demás médicos (5 más) pasó el examen, cuando llegué a la oficina ví a algunos llorando, el resto cabizbajo, y tenían el periódico ahí. Ni siquiera llevaba mi boleto, para ver el número de folio, pero por la numeración deduje que al menos alguien de mi ciudad estaba en la especialidad que concursé. Así que anoté ese número, y llegué a mi casa, mi folio estaba en mi cajón de cosméticos, lo ví y coincidió, número a número. Le pedí a mi hermana que lo checara, tal vez estaba demasiado nerviosa, ya saben, históricamente los mexicanos somos apocalípticos, y primero hay que cerciorarse del error antes que del acierto. Ese día parecía que me había ganado el melate, mis hermanos me decían que me cambiaría la vida... (sí dejaría mi cuarto para ellos, eso es un cambio de vida significativo, lo mismo que dejarían de verme a diario) Mi madre lloró de felicidad, mi papá parecía más que nunca estar orgulloso de su pequeña. Una amiga pasó por mí en la noche para ir a festejar, aunque ella no pasó el examen, yo estaba que daba de brincos pero no quería lastimarle con mi felicidad, eso también es un error que ya se me quitó, era justamente mi amiga, capaz de dejar a un lado su tristeza y compartir una alegría mía como si fuera suya.

Esos días previos a Navidad despilfarré, me compré unas botas negras altas, me llegan hasta la rodilla así que son altas. Pero también mucha ropita, regalos para mi familia, mi gran maleta para irme, el cambio de residencia era inminente, empecé a hacer los trámites, a conocer el DF, el metro, las distancias. Y caí, cerca de la Diana Cazadora donde hice mi búnker por los siguientes años.


domingo, 7 de diciembre de 2008

Tejiendo nudos ciegos


En la semana Hasta la luna, mostró algunas bufandas que tejió para su familia, y eso me recordó viejos tiempos, ya que algunas veces en casa había personas que no solo cuidaban de mi personaje, sino que influyeron en mi gusto por varias manualidades. Tal vez era una manera de mantenerme con las manitas ocupadas, lo cual les resultaba, aunque por cortos lapsos de tiempo, hasta que volvía yo a las andadas.
Honestamente parece que me gusta vivir de formas distintas por lapsos, porque no es que sea torpe con las manos, natura ha sido bondadosa, de hecho me considero hábil pero la hechura de manualidades no se me da por mucho tiempo, y en el caso de costuras, bordados y tejidos, requiero cosas que puedan terminarse pronto, me obsesiono lo suficiente y termino lo más rápido que puedo.
Dicho lo cual, y ya encarrerada en la obsesión, decidí irme al centro de la ciudad por el material necesario para hacerme de unas bufandas, y ya se imaginará como está cualquier centro de ciudad, atiborrado, y ahí me les fui a sumar. Entonces tomé la sabia decisión de irme en transporte urbano, pensé que podría leer un rato, o contemplar la flora y fauna que la ciudad ofrece. A unas pocas cuadras de donde lo abordé, unas personas hicieron la parada, una señora ayudaba a una persona un poco mayor, a subir a la unidad, la razón es que el tipo es invidente. Tomó un asiento cercano al mío, ni en broma venga a preguntarme si había asiento destinado para él en el camión, y el señor empezó a hablar, me acerqué para escucharle y pedía que le ayudaran a buscar una dirección en su agenda, me dijo la calle que debía aparecer y tomé su libretita, encontré la dirección que quería, le confirmé la numeración con el nombre del changarro al que iba, le expliqué que de la portada de su agenda, del lado liso, debía contar 3 hojas y ahí estaba la dirección, donde él dobló la esquina para poder encontrarla fácilmente, por sus pertenencias e indumentaria, me dió la impresión qué él iba a trabajar ahí, algun oficio hará y requería llegar.
Lo que me causó no extrañeza porque ya no me impresionan, pero digamos que un poco de molestia es que varios pasajeros prefirieron fingir demencia, ante la obviedad de que era alguien que requería un poco de ayuda, solo un señor aparte de mí nos interesamos en su destino. Desafortunadamente debía llegar mucho más lejos de donde yo tendría que bajarme del camión, así que antes de bajar, le pedí al chofer, explicándole, mire el tipo de allá con el casco amarillo es ciego, va a tal dirección, sabe cuál es, justo el que está frente a tal hotelote, sería tan amable de mencionárselo cuando pare ahí, para que él pueda bajar ahí?... Recibí un Sí condicionado, sí si es que lo recuerdo.
mmmmmmmmta, el señor ciego y el chofer amnésico. Si me lo dijo con ganas de no hacerlo, preferí repetirle un Ojalá pueda usted recordarlo, sabe? es una persona que necesita solo un poco de ayuda y parece que nadie más que vaya aquí podrá hacerlo.
Me despedí del señor invidente y le dije que había avisado al chofer que estuviera pendiente o volviera a preguntar a alguien cercano a él.
Lamento haber tenido poco tiempo, porque me quedó el pendiente, espero que el señor haya llegado sin contratiempos ni olvidos del chofer, que haya encontrado más personas dispuestos a tener una pequeña atención. Me cala ver situaciones así, por un lado que me gustaría que la gente fuera un poco más sensible, por otro, me recuerda una vez más lo mucho que nos falta, no hay transporte para esas personas, si para las que vamos "buenas y sanas" como decían las abuelas, es hasta peligroso en ocasiones al no haber ni medidas de seguridad ni unidades apropiadas, pero tener alguna desventaja física sí que pone en aprietos serios, así que habrá que ponernos más atentos a lo que nos hace falta por hacer.

Y compré mis hilos, en la jungla urbana, encontré una tienda que al menos no estaba abarrotada, y como si supiera pedí hilos a como me latieron, ya que elegí unas agujas de tejer ví unos telares, así que me hice de uno mediano y uno pequeño, con tal que no se ve difícil, así digo siempre y luego me meto en problemas, pero de todos he salido avante así que ésto no será la excepción.
Pues está sencillito, es cosa de ir enredando el hilo, y con un ganchillo se saca el punto inferior. En internet hay varios sitios, con mucho gusto les haría el reportaje ilustrado, en versión dummie, pero ahí va el pretexto macuarro, no tengo cámara de video, que eso se soluciona con una de fotos que grabe, pero ahí viene el detallito técnico: ¿quién graba? si tejo ¿cómo tomo el video?, así que mientras no llegue el tripié o el acompañante no se digne a grabarme en acción, échese un clavado en internet, hay muchos blogs y videos al respecto, jaaa aunqeu a decir verdad, terminé haciendo una adaptación, inspirada bajo el influjo de medicamentos y una mala noche que me dejaba sin aliento, o sea que ya vengo con mis quejas, pero ahí como me ve tan sanota y llena de vida, soy asmática desde hace mucho tiempo, entonces el equipo con el que cuento chafeó en esta semana, un catarrito me ha hecho la vida de cuadritos.
Pero me vengaré... en esta vida o en la otra.



Ah antes de vengarme, se me olvidaban unas fotitos porque ya parece que voy a desaprovechar la oportunidad para presumirle mis pininos en hilitos 1.


Una bufanda blanca que fué la de experimentación, un punto así en zig-zag.


Bufanda blanca en proceso


Bufanda terminada

Ahora estoy haciendo una bufanda más delgada pero ya verá, este punto es irlo enredando así como culebrita (tecnicismos entendibles, para que no salga con el punto básico número 23).



Ahí le cuento, mientras me voy a seguir tejiendo, cual abnegada mujer que soy.

jueves, 4 de diciembre de 2008

De juguetes




Resulta que en estos días, poco antes de caer bajo un achaque de tos al más puro estilo dama de las camelias, donde la tuberculosis amenaza con convertirse en catarro, yo circulaba por las tiendas buscando juguetes.
No porque ya me haya quedado la chamba tan entretenida de elfo, o de chalán de Santa Claus (santa, para los cuates), sino porque tengo unos sobrinos que no tienen la culpa de que mi santo patrono sea San Scroogle. Entonces ahí voy a buscarles un regalo, si este año no me dan el nobel por la paz no sé que pueda hacer para lograrlo.
Lo que no niego es que me gusta cuando un niño abre su regalo, y creo que como la mayoría a esa edad (y a estas también) lo que se espera es un juguete. Si usted todavía lo duda nada más vea como se les borra la sonrisa si uno comete la osadía de darles un bonito pantalón o la bufanda, siempre útil.

Aunque lo de comprar juegos es una actividad digamos frecuente en mi vida, me gustan los juegos de mesa y sobre todo aquellos donde no haya el factor suerte, también compro monitos, desde marionetas a unos plasticudos bastante chafas pero tengo mis objetivos siniestros con eso.
Desde tiempos inmemorables me han gustado muchos juguetes y no tengo cara para quejarme, en mi cumpleaños me regalaban una muñeca barbie, y a la semana siguiente me regalaban otra para que no me fuera a sentir desplazada por que mi hermana cumplía años y le tocaba un regalo más grande... hágame el favor, y todo para que terminaran las muñecas sumidas en una tina con jabón ariel haciendo chaca chaca, y su hermoso pelito rubio, ya lucía como el real, igualito al que portan algunas señoras acabadas de salir de la estética con un rubio al más puro estilo mexicano.

Por mis arcas, desfilaron muchísimos juguetes y creo que con lo que más me divertí, no fue la muñeca que aplaudía, o la cocina combo, ni nada de eso. La mera diversión para mí radicaba en mi primer coche con pedales, mis patines, mi bicicleta, un papalote hi-tech, y para favorecer mi sedentarismo, mi ejército de soldaditos de plástico que en realidad nunca fué mío, pero mi hermano era muy compartido aunque no quisiera, y organizábamos las batallas, tirábamos una canica bombocha y así íbamos deshaciéndonos de los enemigos, soldado caído era soldado muerto. Lo que ni mastercard puede comprar. Claro, una bombocha que tomaba un giro inusitado y acababa golpeando la cabeza del hermano con lo cual se ajustaban algunas cuentas pendientes. La vida es ruda.
Lo complicadísimo en esta ocasión donde quería el juguete perfecto, es que los beneficiarios son menores de los 3 años de edad. Son muy pocos los juguetes que no traen la leyenda paranoica de asfixia por contener piezas pequeñas. No está mal que pongan una advertencia, ¿ya no hay juguetes inocuos? nunca lo han sido, lo que hay son padres (ir)responsables. Total que ni unas piezas para armar tamaño gigante que no pasan por ningún cogote ni bípedos, se salvaban de la dichosa leyenda., aunque luego pensé que tal vez no era por el tamaño de los bloques sino por la pintura que capaz que es verde radioactivo y rojo altoenplomo.
En el pasillo de las muñecas, pensé que chucky ya había pasado de moda pero supongo que es el hit ahora, o ¿por qué todas las muñecas tienen la cara así?, o es mensaje subliminal para que uno tenga siempre presente a la madame sindical regaladora de camionetas hummer. Ouch!

Total, que finalmente encontré lo que esté libre de impurezas, no tan caros, porque mi vena regia ocasiona que me den vahídos con algunos precios. Y no vengo a chismosearles cuáles compré, aunque se mueran de curiosidad, porque aunque mis sobrinos todavía no andan por estos lares, no vaya a ser la de malas que mi fama blogstar haya llegado a los ojos de sus padres y se me ceba la sorpresa.

No se angustien si no les he respondido, nada más que estoy ligeramente tosienta, tratando de que no se me escape el bofe, postrada en cama y encerrada a piedra y lodo en el búnker, envídienme, pero no mucho porque ya siento que estoy empollando y no hay quien me traiga mi agüita de limón... aciaga mi vida.


Actualización: Justo hace un instante acaba de llegar a mi bandeja de correo, la guía de juguetes recomendada por la página el poder del consumidor y ahí les dejo los enlaces por si quieren ir a fisgonear.


Foto: Toy store trains por horizontal.integration en flickr, usada bajo licencia Atributtion-Noncommercial-sharealike 2.0 Creative Commons

lunes, 1 de diciembre de 2008

Pay de ciruelas pasas

De la colección Recetas para Dummies, este pay es un rico postre muy codiciado en el búnker, la receta me fue otorgada desde los archivos más preciados de la familia del acompañante, entonces hago la traducción versión para los que de plano son inútiles, y con un post de un blog como éste salen convertidos en unos artistas de la gastronomía.

Ahora que si hace la receta, y le queda rico, sírvase una rebanada grande y envíe la foto para que otros se animen a intentar su paso a la fama.
Si no le queda, de a tiro empiece con practicar a hervir agua y espere recetas para dummies con mucha iniciativa pero con muy pocos recursos técnicos.


Pay de ciruelas pasas



Ingredientes:

Pasta
taza y media de harina cernida (pasada por un colador)
1 cucharadita de polvo para hornear
4 cucharadas grandes y copeteadas de azúcar
100 gramos de mantequilla
2 huevos

Relleno
1 taza y media de ciruelas pasas deshuesadas
100 gramos de nueces picadas
2 cucharadas grandes de azúcar
100 ml de agua

Molde
1 cucharada de mantequilla
Harina suficiente para cubrir

Toque final
1 yema de huevo batida

Procedimiento:

Mezclar todos los ingredientes de la pasta,


una vez que se tiene una mezcla homogenea se separa en dos partes, una la ocuparemos para hacer la concha o la parte inferior del pay, es muy sencillo, haga una bolita, colóquela sobre una superficie donde esparza un poco de harina

para evitar que se pegue y con su rodillo presione poco a poco hacia todos los lados, y le va dando forma de un disco,


Calcule que cubra por completo la base y el alto de su molde.
Cubra de mantequilla y un poco de harina su molde,
Ahora coloque la pasta cuide que cubra los bordes, que no haya orificios,
si los hay es momento de arreglarlos, ésta pasta es de muy fácil manejo, así que no tema. Ahora recorte los bordes, e introduzca a su horno, previamente calentado, su molde con la pasta por unos 10 minutos.
Mientras preparará el relleno, pique muy bien las ciruelas pasas, colóquelas en un recipiente, agregue el agua, realmente es poca la que se utiliza solo sirve para homogeneizar la mezcla con la azúcar que irá usted agregando en este momento. Caliente hasta que hierva y apague, ahora si gusta puede agregar las nueces picadas y revolver todo.

Ya tiene la concha del pay con una prehorneada, déjele enfriar un poco, lo mismo que sus ciruelas pasas. Vacíe la mezcla de las ciruelas pasas distribúyala lo más uniformemente que pueda.
Ahora vamos a trabajar la cubierta, con la otra mitad de pasta.

En las fotos como verá, utilicé una especie de red, que se hace a base de puras tiritas, si usted cursó plastilinitas I ya la hizo.
Verá, esto de la cocinada da pretexto para ponerse creativo, así que no se detenga si a usted se le ocurre alguna otra forma tal vez prefiera un adorno más geométrico, o tridimensional, pero si usted sigue leyendo hasta acá seguramente también tendremos que explicar lo de la versión plastilinitas.
Método 1. Extienda su masa, y haga unas 8 tiras cortando con un cuchillo.



Método 2. Divida su masa en 8 partes y haga 8 tiritas alargadas y aplánelas.



Ahora coloque las 4 primeras, y use un poco su ingenio al colocar las perpendiculares, se trata de que queden como entretejidas, esto es, una parte por afuera, otra por adentro, levante la tirita que crea pertinente, espero que la foto le dé una idea.



Si ninguna de estas opciones le queda, haga un bolita de nuevo con sus tiras malhechas, extienda un disco, busque algún molde para galletas pequeño, recorte unas superficies, coloque la pasta eliminando estas superficies y listo, ahí tiene otra forma decorada.
Recorte los excedentes, ayudándose con un cuchillo.


Un último recurso, si no le queda la cubierta, cubra de nueces picadas la superficie, para que crean que así lo quería usted.

Ahora con la yema de huevo batida y ayudándose de una brocha pequeña, "pinte" la superficie visible de pasta, esto es para que le dé un hermoso color dorado, o dicho de otro modo, para que parezca que sí está bien cocido.




Introduzca a su horno, a flama baja, aproximadamente 40 minutos. Cheque que la pasta esté cocida y ya está listo su pay.

Variantes: Puede usar dátiles, pruebe mezclando a partes iguales las ciruelas con estas frutitas.


Listo, que no se diga que no se hizo el esfuerzo por endulzarle la navidad, soy una grinch convenenciera, ya puede darse cuenta de ello.

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