domingo, 21 de febrero de 2010

San Domingo

Extraño a mi blog.

No pensé que haría tantas pausas de forma voluntaria.

El viernes pasado, mientras comía con una amiga, me preguntó sobre mis antigüos gustos por escribir, y si dejé de hacerlo por alguna razón en especial.

Yo nunca dejo de escribir, me divierto, me río cuando veo mis historias en letras, así con todo y horrores en la redacción, meses o años después, me gusta leer lo que antes me importaba. Ahora escribo por allá. Pero por ahora he disfrutado leer cosas ajenas a lo que vivo. Que ahorita estoy en el modo pre-maternal a todo galope.
Esto lo dije de algun modo ante la actitud inquisitiva de mi amiga, así que mientras me hacía el siguiente taco de carne al pastor, le respondí:
-No he escrito en mi blog, porque lo del embarazo me ha estupidizado.

Conociéndonos, asiente y reímos, me decía, que temía externar algo por el estilo si por algun extraño modo yo estaba en una fase ñoña.

Es muy sencillo de justificarlo. Gasto muchas horas pensando en los cambios y posibilidades por realizar en el cuarto de mi hij@, otras simplemente me contemplo el ombligo y platicamos en lo que hasta ahora parece un soliloquio, pero le cuento nuestro mundo, elegimos canciones, y reímos por nada.
Eso es algo natural, supongo yo que desde las cavernas, el saberse embarazada aturde, por una razón especial, se realizan menos esfuerzos de cualquier tipo y se afana uno en el nido. El pequeño engendro ayudado de las hormonas se procura un ambiente propicio para su desarrollo aún posterior al nacimiento. Un asunto de subsistencia, como vemos.

Aunque yo conozco varios casos en los que las mamás nunca se recuperan, se quedan perdidas en el limbo, y es cuando el pequeño e indefenso bebé termina convertido en un tirano, auspiciado por ese medio materno prolongadamente inactivo. O nada más porque la estupidez que traían desde antes es imposible de ocultar.

Por cierto, es interesante, para pocas personas, el ver la cantidad de productos para bebés que existen. La mayor parte de ellos excesivamente caros y totalmente inútiles. Yo cuido hasta el dinero ajeno, y vaya, una cosa es que ande media aturdida y por una ocasión en mi vida a punto de azotar cual chango acalambrado. Pero otra distinta es que no haga lo que acostumbro antes de gastar, ver si realmente es útil, y buscar el mejor costo con la mejor calidad.

Ah un punto muy favorable, ha sido lo del rubro de antojos. En sí solo en dos ocasiones me ha pasado lo de tener la necesidad apremiante. Unas 5 rebanadas de papitas saladas, y unos tamales. Fuera de eso es totalmente controlable. El mito popular auspició que mi sacrosanta jechu, se apersonara en el búnker, cargada de algunos de mis alimentos favoritos. Así que podemos suponer que su futuro nieto, estará complacido de antojos que no tuvo pero que su madre disfrutó respaldándose en su nombre. Glotonería S.A. de C. muy V.

Yo creo que un día se darán cuenta que era mejor no mezclar estos temas por acá. Yo también me doy cuenta de ello desde ahora. Ya me urge salir a pasear. Queda pendiente, a mediano plazo, tener un lugarcito disponible y así poder comprar algunos libracos. Se me suspendió la compra porque no hay espacio físico disponible y mientras no se haga la movilización de mis cachivaches no entra un clavo más. Ya me urge que venga ese carpintero.

Lo que llegó fue un libro, a manera de 1er regalo para el bebé, donde se supone que redactaré historias fantásticas, en algun momento. O espero que realmente pueda hacer algo decoroso.
Cuando leí algunas de las preguntas-anécdotas, temo que mi sinceridad acabe con la ilusión de mi hijo, cuando a su debido tiempo lea el inicio de su historia y encuentre cosas como éstas:

¿Cómo supo mamá que estaba embarazada?... Cuando quiso tomarse una taza de café tamaño cazuela, se le ocurrió primero hacerse una prueba de forma prematura. Casi le da un infarto, con la primera de las 15 pruebas de embarazo que se hizo, nada más para confirmar.

¿Cuál fue la reacción del padre?... Abrió los ojos, hizo mutis.

Mucho me temo que piense que su madre solo estaba loca, y su padre huyó ante la noticia.
Tal vez haga falta tomarnos la licencia poética y adornar con alguna frase tipo "nuestros ojos se llenaron de lágrimas y nos abrazamos dando gritos de alegría".

O con buena suerte, este hijo mío al leer su historia verídica, solo abra los ojos, le dé un sorbo a su café tamaño cazuela y diga, de aquí soy.

viernes, 12 de febrero de 2010

Valentinos y un pay

Rápida y presurosa, me alisto para ir a poner orden a mi otro changarro. Yo no sé que lío hubo en el cosmos, pero lo que es acá, tengo que hacer varios cambios y acomodar triques por todos lados. En el búnker, preparo mentalmente el plan maestro de sacar todos mis libros y pertenencias varias, para darle su espacio al que será el dueño de mis quincenas hasta el fin de los tiempos.
Y en mi trabajo, hubo una remodelación y enchulamiento del área, así que hoy, hoy, hoy, tengo que ir a revisar cableados y acomodar otros libros y materiales.

Yo sé que acostumbraba escribir con mayor frecuencia, pero tampoco es el caso darles el reporte semanal del crecimiento de mi chamaco. Sépanlo, los dos somos un muégano y dormimos a placer en nada culposo. Comemos frutas y verduras y bebemos mucha agua.

Ahora pasemos a los regalos.

Si celebran el día del amor y la amistad, buena suerte.

Si celebran el amor y la amistad todos los días del año, les traje algo.

Pay de limón

Ingredientes

Para la costra del pay
1 taza de harina cernida
90 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
2 cucharaditas de azúcar
media cucharadita de sal
un chorrito de esencia de vainilla (opcional)
5 cucharadas de agua fría

Para la crema de limón
1 1/2 tazas de Agua
1/2 taza de Jugo de limón
1/2 taza de maizena
1 taza de azúcar
5 yemas de huevo
50 gr. de mantequilla
Ralladura de limón
1 cda. de vainilla

Para el merengue
5 claras de huevo
1/2 cdita. de cremor tártaro
Una pizca de sal
Un chorrito de vainilla
3/4 de taza de azúcar glass
2 pizcas de maizena

Procedimiento:
Para la costra del pay.
En un recipiente, colocar la harina cernida, la mantequilla en trozos pequeños, la sal y el azúcar. Revolver ayudándose con un tenedor y procurando fragmentar lo más posible la mantequilla incorporándola a la harina. Finalmente, deje a un lado el tenedor y con sus dedos, sentirá la textura de esta masa de una textura "arenosita", ahora con ayuda de una cuchara, agregue una cucharada, amase, nuevamente agregue otra cucharada y vuelva a amasar, así, irá agregando una a una, hasta completar sus 5 cucharadas. De ésta manera evitará que la masa se torne pegajosa, y logrará una pasta muy flexible y elástica.
Ahora, coloque sobre su mesa ligeramente enharinada, y con ayuda de un rodillo, extienda lo más parejo posible y del tamaño adecuado para su molde.
Engrase su molde, enharínelo, luego coloque su pasta. Hornear de 8 a 10 minutos a 200 °C.

Para la crema de limón.
Coloque a hervir media taza de agua, en cuanto suelte el hervor retírela del fuego. Mientras tanto, en un recipiente, mezcle la maizena y la azúcar, agregue una taza de agua fría, disuelva bien, incorpórelo al agua caliente. Coloque nuevamente en el fuego sin dejar de mover, esta crema debe espesar, así que no deje de mover con una pala, es importante. Una vez que ha espesado su mezcla, retire una pequeña cantidad, agregue las yemas una a una disolviéndola perfectamente. Regrese esta mezcla con yemas a su recipiente que está en la lumbre, mueva vigorosamente, retire de cuando en cuando el traste del fuego, NO DEBE HERVIR, de otro modo solo tendrá yemas cocidas. Siga agitando, la mezcla se pone bastante espesa, en cuanto ya esté a punto de hervir, retire del fuego. Ahora agregue la mantequilla, la vainilla, la ralladura de limón y finalmente el jugo de limón. Mezcle para incorporarlos perfectamente. La mezcla debe quedar espesa para que tenga consistencia su relleno.

Con su mezcla del relleno a temperatura ambiente, colóquela en la costra del pay que ya horneó y se enfrió mientras hacía todo esto.

Ahora prepare el merengue.
Coloque las claras de huevo en un recipiente grande, esto va a esponjar, agregue el cremor tártaro, la vainilla y la pizca de sal. Ayúdese con una batidora. Bata hasta que esponje y al hacer movimientos verticales vea que pueden realizarse picos en su merengue. Comience a agregar el azúcar glass poco a poco, esto hará que su merengue se ponga más blanco y duro. Ahora los picos que podrá hacer son bastante más marcados.

Coloque el merengue sobre el relleno. Puede utilizar una duya para hacer algo artístico, o puede colocarlo a cucharazo limpio, trate de que quede estético.

Para "flamear" su merengue, puede hacerlo si tiene un horno con la función grill. Recuerde que el calor solo lo requerimos en la parte de arriba del pay. Si no cuenta con eso, ayúdese con un encendedor de cocina, y ahora sí literalmente flamee la parte superior del merengue.

Refrigere una hora y reparta rebanadas a diestra y siniestra, en verdad ha hecho un postre delicioso.

Para:
Mes amis
Mes amies

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