viernes, 29 de octubre de 2010

Dinerito habla

El que no transa no avanza.
El que agandalla no batalla.


Así observo a mucha gente, y les parece tan normal abusar de los demás, señalar y criticar sin nada que aportar, reflejando sus propias carencias. Inmunes al esfuerzo por mejorar su entorno y el de con quienes se relacionan. Pura pérdidas aunque no se percaten de ella. O lo que es lo mismo, ya los chupó el diablo, tan de moda en esta época de halloween.

Tan campante que es ir por la vida, con pequeños detalles de ida y vuelta. Hoy me dieron mi calaverita, el grupo de taxistas que usualmente ocupo cuando la conductora del egomóvil se pone perezosa, o como en los pasados meses recientes, en circunstancias muy embarazosas. Así como niña, con mi botín de dulces cuidadosamente guardados en una calabaza seguí mi camino. Había ya planeado ciertas compras de equipo y me dirigí al establecimiento correspondiente. Escogí lo que ya había contemplado previamente por internet (para eso sirve que pongan catálogos y precios fácilmente navegables). Al momento de pagar, me regresan el cambio, la chica de caja sin observar siquiera, y le dije que estaba mal, y le regresé los 100 pesos que excedían a la cifra correcta. Me llamó la atención, cuando mencioné que había un error, rápidamente su rostro se puso a la defensiva, en cambio, cuando le regresé los 100 pesos, agachó la mirada y se fue sin decir una sola palabra.
Tan mal acostumbrada está la chica a la mala vida, que pudo ponerme atención cuando pensó que reclamaba dinero de más, pero fue inmune a la honestidad. De mi parte, nunca espero nada de nadie, la honestidad como otros valores, solo me conciernen a mí, no actúo bien porque haya infierno o me castigue diosito, lo cual está muy lejos de mis pensamientos. Está el misterio de las pautas legales que es deseable seguir. Dolorosamente está visto que en este país lo que menos se castiga es a los transas. Todavía recuerdo el episodio de la lavandería que se transaron un servicio que no hicieron y me hierve el buche de nuevo.


Hoy bien pude hacerme de 100 pesos sin ningún esfuerzo y a costa de otra persona, el acto sería el mismo si se tratara de 50 centavos o de una cifra estratosférica., pero estoy convencida de que nunca seré millonaria, al menos no de esa manera. En cambio, puedo sonreír con facilidad al menor motivo y darme cuenta de que poco a poquito, con la gente con quien me relaciono, hago lazos más firmes, siento mi ambiente armonioso, y respiro smog con mucho amor.

Que sencillo es elegir ser honesto.

domingo, 24 de octubre de 2010

#buscadoresdetalentopsiquiatrico


En repetidas ocasiones, he mencionado lo importante que es el casting. Si lo sabré yo. Un error en el casting y es lamentabilísimo.
Aún con todo y el ojo bien experimentado, y el radar para eliminar a los novios psiquiátricos, se ha colado más de uno.
Dentro de la selección de gente loca, hubo dos disputándose el premio. El primero aunque patético, era inofensivo, no pasó de su intento de humillación hacia su persona, lo salvé de ello no permitiéndole que se hincara, y ya estaba visto que la autoestima no era su fuerte, cuando se decidió por acosar a mi mejor amiga, para que intercediera por su causa. La relación de noviazgo había terminado y no daba para más, lo cual a la única persona que no le quedaba claro era a él. Afortunadamente ella sigue siendo mi amiga, aunque en los momentos de tortura habrá querido desaparecer. No hay nada peor que el exnovio de una amiga intentando convencer que la hagas cambiar de opinión. La amistad no tiene límites.

El segundo novio psiquiátrico, este sí ya entra en los psiquis peligrosos. Después de un tiempo de noviazgo, y luego de unos tintes posesivos, entre muchas otras cosas, preferí dar por terminada la relación y mantener mi distancia. Lo cual no le pareció en lo más mínimo. Así que un buen día se apersonó a las puertas de mi hogar y bajo el pretexto de querer platicar me dió tremendo jalón y me metió a su coche a la fuerza. Sentí un poco de pánico, no es lo mismo platicar que sentir que te están privando de tu libertad. De nada sirvió mi intento por detener el coche, y dado que el fulano estaba fuera de sus cabales, no dije nada más, salvo que en adelante, ni siquiera podría dirigirle la palabra ante la barbarie. En mis adentros yo maquinaba mi plan, a la menor oportunidad me pelo de este maldito loco, nada más que se confíe tantito.
Me llevó a su casa, y yo seguí instalada en mi plan de no hay nada que hablar y menos en tales condiciones. Mal que bien, con un poco de paciencia mi plan funcionó, el loco pasó a un estado de culpa, derramando lágrimas y pidiendo que mantuviéramos una relación.
WTF!!!

Por lo pronto, yo requería ser devuelta a mi hogar, sana y salva ya decidiría. Así que en cuanto me ví con un pie dentro de mi casa, azoté la puerta con un hasta nunca y una petición formal de que en adelante, procurara mantenerse a kilómetros de mi.

Todo funcionó bien y mi vida siguió su chacotero transitar. Tiempo después, luego de muchos meses, una tarde me habló por teléfono para decirme que lo dejara en paz. Mh?. Siendo uno de los 25 mil asuntos sin importancia, no había necesidad de pedírmelo.
Si en alguna ocasión había vuelto a verle fue en un antro, solo que cada quién por su lado, y me dió la impresión de que tenía novia, supuse que ya la locura había pasado.
Bueno, no, ahora eran 2 locos, él y su novia. Sucede que a partir de esa ocasión en que nos topamos, empezó a tener problemas en su nueva relación, así que la novia muerta de celos (!!) le pidió que llamara a mi casa para decirme que los dejara en paz.
Mta, y yo ni en la vida los hacía.
Lo único que hice fue decir mi suposición, que seguramente estaba en casa de su novia y ese pancho era para satisfacer sepadios que traumas, afortunadamente podían estar en santa paz porque no figuraban en mi vida. En efecto, mi clarividencia era la correcta: la novia estaba al otro lado de la línea y se armó tremendo zafarrancho entre ellos. Yo colgué, al cabo que ni era mi asunto.
Horas más tarde, el fulano llegó a mi casa a pedir perdón por haber hecho tal infamia, obligado por la novia. A mí ni fu ni fa. Lo único que le pedí es que borrara mi nombre de su agenda, si algo aprendí es que lo mejor que puedo esperar de un ex es que mejor no me mencione, no existo. Si hablan bien de ti con la nueva novia, te joden, y si hablan mal, también te joden.


El tercer capítulo del ex-psiquíatrico fue esteralizado por su novia llamando a mi casa, muchos meses después. Ehh para esto yo ya ni me acuerdo en qué pretendiente iba, pero de repente me habló la fulana para perdonarme y pedirme perdón. Lo que sea que eso signifique. Y yo preguntando, ¿con quién quiere hablar?.

Sucede que me perdonaba, de ...ignoro qué, pero supongo que algun daño atroz le debí hacer con existir.
Y me pedía perdón porque quiso lastimarme, planeaba hacerme daño. Uh??????? se me activó el chip de corre por tu vida, hay una loca espiándote.
De colofón, quería invitarme a salir para platicar como gente adulta. Uh, uh?

Sí, ¡claro!, en un millón de años luz por la tardecita. Si estoy viendo que el neuronaje lo traen desbielado.
Bueno, si algo es cierto es que más tardan en hablarme para molestar, que yo en regresarles por donde vinieron, que se vayan a enchinchar a otro lado.

Afortunadamente me cambié de lugar de residencia, por otros motivos, que me cayeron como anillo al dedo, y así me escapé hacia otros rumbos, topando con alguno que otro loco pero ya después de este entrenamiento mi casting mejoró. Otro loco de estos y capaz que no la cuento.



¿Ya gané el concurso? O a ver de qué loco salen más correas de camisa de fuerza.

¡Cuenten sus historias!






Foto: they're coming to take me away de Kim+5, en Flickr, usada bajo licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.0 Generic.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Se recibe escombro S.A.

Hace 2 meses que muestro una barriguita como no le había visto. Estoy resignada a que debe correr el tiempo y mientras tanto limitar mi consumo de harinas. Por cierto los panqués que hice en esta semana salieron muy ricos, pero solo admito uno al día y el resto que se los coman los demás.

Hoy fui al peregrinar de toda buena madre enajenada por las fiestas deloquesea, con tal de vestir a su cría con algun disfraz. Una costumbre extraña y divertidísima solo para las madres. A los bebés ignoro qué tanto les agrade. Lo que es un hecho es que mi hija disfruta las sesiones de fotografía. Basta que le diga -¡sonríe!, y le ponga la cámara frente a ella para que voltee y coquetee ante la lente.
Ese gen se lo transmití íntegro. Mea culpa.
Yo sé que en unos años, si también le transmití el gen de exigencia, me reclamará que haya osado vestirla con disfraces tan comunes. Pero hasta que yo no pueda volver a usar la máquina de coser y no me sienta tan molida como para darle vuelo a mi creatividad, tijeras e hilos, que ni me digan nada. Ahora solo podrá sonreír ante la cámara con lo que pude conseguir y que se dé de santos que no sale en cueros.

Pues en esas andaba, caminando varias calles, cuando se me activó mi radar de ondas ligadoras.
Volteé hacia el interior de una cafetería, la señal provenía de un grupo de muchachos de arriba de 70 años que chacoteaba, y donde, sobre todo uno de ellos me sonreía y dirigía miradas coquetas.

La última vez que me vieron así salí embarazada. En este nuevo cuerpo, hasta extraño los piropos de los albañiles. Así que proseguí mi camino, solo para sonreír pasos más adelante. ¡Después de mi acompañante hay otros muchachos a los que les parezco atractiva!, ¿quién se fija en los años?.


Por lo visto tengo futuro en el asilo de ancianos.

domingo, 10 de octubre de 2010

Domingo ocioso

Con esto del caralibro, he vuelto a saber de personas que hacía mucho tiempo no tenía idea.
Bueno, tal vez un poquito, usando el poder google-fu. Pero la curiosidad mata a la gata. Así que cuidando las... creo que me quedan 2 vidas, (las otras 5 dan para otro post) me abstengo tanto como puedo. A nadie le gusta tener acosadores ni me apetece convertirme en una. Finalmente pareciera que todo vuelve. En distintas circunstancias, afortunadamente pareciera que me mantengo del mejor lado posible. La vida es una tom tom tómbola.

Sin duda mi estado natural es ser horripilantemente feliz, así me esté llevando el carajo.

Escribía en el otro blog, que en eso de las ausencias no me porto bien. De repente me da por extrañar, porque no puedo evitar encariñarme, pero para mantener el equilibrio, sin siquiera pretenderlo me es difícil atarme a alguien, aunque con tanta libertad más de una vez me he quedado abrazando el aire.
Soy de las personas a las que les cuesta mucho decir un te extraño, no porque le sienta cursi, sino porque en mi cápsula de cristal nadie se va del todo. Todos los que han importado en mi vida siguen ahí, un poco más ocupados en sus asuntos y de repente sin proponérselo mucho, en un instante afortunado volvemos a coincidir.

Ahora con esta inmediatez del facebook, uno puede dar un vistazo a lo que la otra persona de quien no se sabía nada durante años, muestra. Me ha tocado, momentos en los que no sé de qué platicar, porque ya no somos lo que fuimos, y lo que somos se parece tanto a lo que se extraña, pero con lagunas mentales. El Alzheimer de las relaciones, parece ser conveniente.

Hay personas que se les borra de un plumazo, es decir de tu lista de contactos real y virtual. No importan. Otras, muy importantes ni siquiera aparecen, pero nunca dejaron de estar.

En esas cavilaciones estaba, todo porque estaba escuchando una canción de Calamaro, hasta que mi amita me trajo de vuelta al futuro y he de acudir a satisfacer sus necesidades.

Ahí'nos.

jueves, 7 de octubre de 2010

Otra historia más del planeta de los simios

Un día, un día... voy a oprimir ese botón rojo de destrucción masiva para los humanos que se hacen pasar por simios, a los incompetentes, y otro tanto de personajes indeseables, transas y malhechores.

Luego del percance de ayer, donde mi egomóvil demostró que no es tan endeble, y aguantó un guamazo perdido, sigue el rosario de calamidades. ¿A qué hora empieza la lluvia de sapos?

Por la tarde, al pagar unos libros, me percaté de que no existía más en mi haber mi tarjeta de débito.
Inmediatamente tomé cartas en el asunto para neutralizar cualquier mal uso de mi dinero, por alguien que no sea yo.
De los males el menor, y afortunadamente era de fácil solución.

El otro episodio sucedió hoy, cuando fui a reclamar lo de un pago que cobraron doble vez, en un servicio de lavandería que ocupé.
De inicio empezó como un mal entendido, al no ir personalmente a recoger las prendas, al acompañante a pesar de llevar la nota le volvieron a cobrar. En cuanto llegó al búnker y me comentó el costo, inmediatamente marqué al establecimiento para arreglar el problema y reclamar mi dinero. Ya habían cerrado. Siendo fin de semana no hubo mucho por hacer. El lunes llamé nuevamente y luego de un rato en el que quien me respondió hizo lo que aparentaba ser un chequeo en su sistema y verificó que en efecto nos habían cobrado doble vez, así que el trato era pasar a recoger el importe o llevar otras prendas que ajustaran ese cobro. Decidí la primera opción. Hoy me apersoné al establecimiento y me dicen que uhhh hubiera ido antes, ya no hay nada que hacer, que por qué en mi nota no dice "prepago", que a ver si cuando aparezca la dueña que tal vez venga el fin de semana, que un día me llamarán por teléfono, tal vez.

Grrrr.
La persona que me cobró, es la misma que me incrimina que por qué no dice prepago en mi nota!!. Si me hubieran avisado que como cliente yo tenái que hacer mi nota y saber que en su establecimiento debo anotar prepago al momento de pagar., todo fuera tan fácil como eso.

En fin, ante la nula devolución de mi dinero, decidí recurrir a PROFECO. En donde luego de un pase de llamadas, y anuncios de diversos servicios del changarro, explico el problema y me explican brevemente que requiero nota de los dos pagos. WTF!!
No acaso solo dan una nota por un servicio? o de cuándo acá uno lleva su nota, y te dan otra al momento de pagar. Así que en resumidas cuentas no se puede hacer nada.

Oh decepción.

Así de inútiles todos los esfuerzos.
El monto reclamado bien puede ser una bicoca, no me hace falta pero fue ganado centavo a centavo mediante mi propio esfuerzo. En cambio, el establecimiento ganó por algo que no trabajó.
Y quien debiera procurar el buen uso y manejo de los establecimientos, y defender al usuario poco puede hacer por un exceso de burocracia. Sinceramente no era mi interés empreder acción legal, creo que una suficiente llamada de atención a los establecimientos que incurran en errores de este tipo era más que suficiente.

Por supuesto que esto es para engendrar en pantera, y la cordura es un bien escaso. Afortunadamente tengo mi jardín zen, y si algo queda claro es que no vuelvo a pisar ese establecimiento, habiendo otros dos lugares a 20 pasos hay de donde escoger, y aunque parezca uno paranoico, revisar que diga pagado por anverso y reverso de las notas. ¿Se podrá grabar un video del momento en el que uno paga? por si se requiere más evidencia. O asesorar al acompañante y repetirle que jamás encargo un servicio sin que haya pagado la totalidad del monto, para que no lo vuelvan a agarrar en curva.

Me pregunto, si en vez de haber sido yo la damnificada, hubiera sido uno de los protagonistas del pleito de ayer, qué habría pasado?. Supongo que nada bueno.

Pareciera ser, que todo apunta para empeorar más las cosas, y las personas que actuamos correctamente somos una especie en peligro de extinción. Habrá que salvar el pellejo.


Hallo...güin


Un poco tempranero, pero para divertirnos nunca es demasiado pronto.

Horas y horas de entrenamiento.
Un aplauso a las mamás que hicieron que sus retoños aprendieran las canciones y la coreografía.

Virtualmente todo es posible!!!

Presionar play y a disfrutar la cadencia de nuestros movimientos.


(mi voz está doblada, no desperté así de aguardientosa)



miércoles, 6 de octubre de 2010

Desde el planeta de los simios

Recuerdo las historietas del "santos", las cuales por lo general comenzaban así:
Estaba un día el santos sacándose un moco, cuando...


Bueno, hoy estaba no precisamente sacándome un mocasín, pero estaba en estado de contemplación mientras el semáforo se ponía en verde. 2 coches adelante de mí, un tipo se bajó de su auto, y fue a buscarle camorra a otro que venía 2 carriles más hacia la derecha.
El altercado fue subiendo de tono, el otro tipo bajó de su camionetita y empezaron los guamazos.
No supe en qué quedó el altercado, solo que a mí me entró el nervio cuando los golpes a plena calle tocaron mi egomóvil.
Pensé, encima ya me lo desgraciaron! y ni para cobrarles a los oranguntanes.

Como pudimos el coche que iba delante de mí y yo, nos movilizamos. Definitivamente el pleito estaba muy violento, lo último que ví fue a un tipo encima del otro azotándolo sobre el pavimento.


Así de locos hay sueltos. Hay que cuidarse mucho, y me alegro de que en ese momento mi acompañantita no estuviera conmigo.

martes, 5 de octubre de 2010

Déficit de atención por dispositivos móviles

Impulsada por el acompañante, hoy llevé a la acompañantita a las vacunas que corresponden a los 2 meses, con ligera premura. Corrimos con suerte, el centro de salud de la zona queda muy cercano al búnker, aún así nos fuimos en coche ya que aunque google maps sea una maravilla, no es lo mismo ir cargando a la pequeña sin tener bien contemplada la distancia.

Así que llegamos y no se veía mucho movimiento, desde afuera. Ayer me enteré que es la semana nacional de salud, y me esperaba un gentío poniendo en orden sus esquemas de vacunación. No estuve tan errada, ya en el interior del lugar, había una raza. Niños con y sin mocos, madres adolescentes, embarazadas felices y pesándose. Lo mismo de siempre, en un centro de salud hay quienes trabajan y otros que no, algunos a gusto y otros por cumplir un horario deseando que ya acabe su tortura. Me fui de recepción a ventanillas preguntando, y así, dí hasta el archivo donde me dieron mi ficha. #56.
En el hoyo!

A grito pelado, luego de varios minutos de una puerta vocean el número 23... con lo cual se activó mi chip zen. Acomodada en una silla, me dió tiempo suficiente para observar meticulosamente a toda la flora y fauna del lugar.
¡Qué diablos!, durante todo el tiempo que estuve en la sala de espera, en el interior de una especie de oficina había una persona en su escritorio, quien se mantuvo entretenida en cortar plástico adherible. Bastante útil por lo que se ve, y trascendental para el desempeño del lugar.

La del archivo, con jeta, todo el tiempo. Las fichas improvisadas apenas las garabateaba.
Unos recién estrenados médicos, alguno con la bata un poco pequeña que seguramente tuvo mejores épocas en sus primeros años universitarios. Otro más por ahí entretenido haciendo encuestas a la que le veía dentro de sus parámetros, que ignoro cuáles eran. De repente llega un mancuerna de enfermeras cargadas de cajas con desechos, supuse que venían de haber vacunado en las escuelas o a algun grupo de chamacos inocentes que hoy les tocó perder bajo sus manos.

Ahí seguíamos, esperando pacientemente. De repente se me acercó una señora joven y me dió su ficha, #35 porque ella ya no pasaría. Agradecí el detalle y seguí esperando. De la ficha 23, pasaron a la 25 en ausencia de la 24, varios, muchos minutos después salieron por la siguiente víctima: la ficha 26, 27, 28...34, no estuvieron... 35, y ahí era nuestro nuevo turno. Así que no demoramos mucho en pasar, en contra del pronóstico inicial.

En términos generales la atención fue buena. ¿No les he dicho? tengo cierta aversión por l@s médic@s que se colocan el estetoscopio al pescuezo. Sobre todo cuando se nota que no lo manejan con destreza y es más ornamental que herramienta de trabajo.
Adentro del consultorio de vacunación, había 2 individuas de blanco, supuse que eran pasantes de enfermería, o médica la que tenía el estetoscopio al pescuezo y en la mano su celular.

He aquí el punto del blog. Enajenada es poco para el estado en el que estaba la chica. Durante el tiempo que esperaba a que anotaran los datos de mi peque y los míos, la joven nunca soltó su celular tecleando, de repente preguntó qué vacunas debía preparar... y seguía embobada, vaya, dilatando lo más posible el momento. Ignoro qué tan importante sean sus intercambios de información, pero bien pude imaginarle escribiendo en twitter, o en fb. "Hay mucho trabajo, pero ya tengo hambre, en unos minutos me voy por mi torta".

Sinceramente, me daban ganas de tomar su juguetito y tirárselo a la basura, amén de regalarle un soplamocos para revivirla.
Sin duda las herramientas de comunicación son mucho más entretenidas ahora, pero es una falta de respeto ante quienes nos rodean, si en vez de centrarse en su trabajo, dilataba su desempeño mientras se mantenía enviando sus textos, los cuales, dudo mucho que sirvan para contribuir al próximo ganador del premio nobel de medicina.

Un claro caso de déficit de atención provocado por dispositivos móviles.

¿Será la nueva epidemia?

Al menos, las vacunas eran corroboradas y administradas por la enfermera en jefe, para no caer en errores de distracción por la susodicha.

Lo cierto es que cada vez es más común este tipo de distracciones voluntarias. Creo que gran parte de este tipo de usuarios no se percatan de los riesgos en que pueden caer o provocar debido a la enajenación en un dispositivo móvil, cuando deja de ser una herramienta de comunicación y se convierte en una isla, un espacio virtual en el que quedan atrapados sus sentidos y pensamientos.

¿Quiénes de mis amigos y parientes ya cayeron presas de este nuevo mal?

Desquítense y regálenme una black berry pues.

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