Pues ya estoy de vuelta en el búnker, nada como ver mi desorden en su bien organizado acomodo.
Yo sé que se mueren de curiosidad, inmediatamente les aclaro la duda. He regresado casi rodando. La felicidad me engorda, lo he comprobado.
Lo del curso estuvo bien, los ponentes con exposiciones interesantes, las charlas con amigas-colegas en corto a todo lo que dan, con intercambio de experiencias, casos de éxito, dudas existenciales.
Pero lo divertido es independientemente de lo que uno haga, si bien me gusta mi profesión, yo no desperdicio el tiempo y disfruto a la gente que voy conociendo.
De una y otra manera vamos relacionándonos, usted dirá que soy un monstruo de la socialité, sí y no.
No conozco demasiada gente, algunos. No socializo fácilmente, charlo pero no implica que sea la mil-amigos. En una reunión con mucha gente suelo preferir un pequeño grupo donde interactuar. Me resulta fácil platicar con alguien desconocido, aunque no me resulta tan fácil decir todo lo que pienso, por preservación de mi especie.
Para mucha gente actualmente el internet es otra forma de socializar, y en este blog así ha sucedido. Así que aprovechando la ida al DF, conocí a otras personas que jamás habría topado de no ser por el internet. El miércoles pues fué el tour del remate de libros, a Pily ya la conocía de tiempo atrás aunque también la conocí primero a través de internet, el jueves había programada una visita a unos taquitos de pibil, aunque algo no salió bien, yo planeo mis horarios pero no siempre se cuenta con la fiabilidad de un programa preliminar de un curso. No siempre hay historias felices, no todo lo que yo quisiera, lamento muchísimo no haber podido conocer a Exenio, con quien tengo una deuda pendiente y espero saldarla pronto.
Hambrienta y molesta por que hayan frustrado mis planes, vino al rescate una colega, la guapísima Karina, con quien terminé comiendo a las 7 de la noche, vaya mis tripas rugían a todo lo que dan, así que para esa hora pedí otra canasta de pan. Las penas (y el hambre) con pan son menos.
El viernes conocí a Don Roberto, que señorón ehhh? lástima chicas ya está casado, antes de que se me emocionen. En varias ocasiones ya había tenido la oportunidad de charlar con él, es de esas personas que generan confianza, muy agradable. Ahora ya en vivo y directo, es curioso sentir que conoces a alguien que ves por primera vez. Serio, tranquilo, caballeroso, agradable... y un cutis que ya envidiarían en las revistas masculinas. ¡Cumple años hoy!, un abrazo enorme para allá.
Y el sábado para rematar, las natas de El cardenal eran el pretexto nada más, para ver a Pilarica (again) y conocer a Doña Cometa, en serio qué tino he tenido!. Si le carcome el morbo, vea aquí la fotito.
Me da gusto sentir que el internet solo ha sido el medio y no la ilusión. Porque estos personajes son lo que son en internet y en vivo. Soy una persona afortunada en conocerles.
Yo sé que se mueren de curiosidad, inmediatamente les aclaro la duda. He regresado casi rodando. La felicidad me engorda, lo he comprobado.
Lo del curso estuvo bien, los ponentes con exposiciones interesantes, las charlas con amigas-colegas en corto a todo lo que dan, con intercambio de experiencias, casos de éxito, dudas existenciales.
Pero lo divertido es independientemente de lo que uno haga, si bien me gusta mi profesión, yo no desperdicio el tiempo y disfruto a la gente que voy conociendo.
De una y otra manera vamos relacionándonos, usted dirá que soy un monstruo de la socialité, sí y no.
No conozco demasiada gente, algunos. No socializo fácilmente, charlo pero no implica que sea la mil-amigos. En una reunión con mucha gente suelo preferir un pequeño grupo donde interactuar. Me resulta fácil platicar con alguien desconocido, aunque no me resulta tan fácil decir todo lo que pienso, por preservación de mi especie.
Para mucha gente actualmente el internet es otra forma de socializar, y en este blog así ha sucedido. Así que aprovechando la ida al DF, conocí a otras personas que jamás habría topado de no ser por el internet. El miércoles pues fué el tour del remate de libros, a Pily ya la conocía de tiempo atrás aunque también la conocí primero a través de internet, el jueves había programada una visita a unos taquitos de pibil, aunque algo no salió bien, yo planeo mis horarios pero no siempre se cuenta con la fiabilidad de un programa preliminar de un curso. No siempre hay historias felices, no todo lo que yo quisiera, lamento muchísimo no haber podido conocer a Exenio, con quien tengo una deuda pendiente y espero saldarla pronto.
Hambrienta y molesta por que hayan frustrado mis planes, vino al rescate una colega, la guapísima Karina, con quien terminé comiendo a las 7 de la noche, vaya mis tripas rugían a todo lo que dan, así que para esa hora pedí otra canasta de pan. Las penas (y el hambre) con pan son menos.
El viernes conocí a Don Roberto, que señorón ehhh? lástima chicas ya está casado, antes de que se me emocionen. En varias ocasiones ya había tenido la oportunidad de charlar con él, es de esas personas que generan confianza, muy agradable. Ahora ya en vivo y directo, es curioso sentir que conoces a alguien que ves por primera vez. Serio, tranquilo, caballeroso, agradable... y un cutis que ya envidiarían en las revistas masculinas. ¡Cumple años hoy!, un abrazo enorme para allá.
Y el sábado para rematar, las natas de El cardenal eran el pretexto nada más, para ver a Pilarica (again) y conocer a Doña Cometa, en serio qué tino he tenido!. Si le carcome el morbo, vea aquí la fotito.
Me da gusto sentir que el internet solo ha sido el medio y no la ilusión. Porque estos personajes son lo que son en internet y en vivo. Soy una persona afortunada en conocerles.