miércoles, 2 de octubre de 2013

Post-e-reader







Como regalo de cumpleaños, recibí una miniIpad. Lo cual ha de ser porque no cualquier año uno cumple esa cantidad de décadas de experiencia. Si por mí fuera, no me lo compro. Está visto que cuando me dan dinero en cash, compro muchas cosas, pero pocas cosas para mí. No puedo evitarlo, es una manera de vivir, austeramente. En fin, el caso es que ahora olvidémonos de las miserias habituales. Ya lo tengo en mis manos, así que opino como usuaria. 
(Había puesto "Concentrémonos en mi opinión al respecto", pero lo he editado luego de haberme reído, imaginar pedir un esfuerzo por que se concentren en ver lo que les voy a decir, ya para eso debí ofrecerles una café primero y luego recordarles, acá se llama demasiado ego, escribo como lo hace el personaje ficticio.


Luego de varias horas y días enajenada con mi nuevo juguete, compartiré mi opinión inexperta y consideren, yo nací y crecí cuando todos estos triques fueron creándose, puedo manejar muchos dispositivos y cada vez es más sencillo hacerlo, el cómo funcionen cada vez lo sé menos.

Tenía una impresión de la gran presión de consumo hacia este tipo de productos. Por lo mismo me es difícil pensar en invertir en algo, y no digo gastar. Me refiero a comprar algo que satisfaga alguna necesidad pero que no sea inútil o tan costoso su mantenimiento.

Pues como lector, la minIpad es lo mejor que he tenido en mis manos. Anteriormente he visto un dispositivo kindle, tanto a color como en blanco y negro, ambos buenos, pero más gruesos, la pantalla tiene sus diferencias, y pues no tienen cámara a diferencia de la miniIpad, ni otras monadas. 
No tiene la opción de teléfono y por  lo mismo no hay internet móvil. Eso para mí es una ventaja moderada, porque mis actividades me hacen sedentaria y cuento con internet ya en una laptop en hogar u oficina. Cuando no estoy en alguno de esos lados, estoy ocupada ya sea manejando o caminando o haciendo otra cosa, así que no hay necesidad. En esas ausencias no pasa nada y ya cuando regrese veré el mensaje importantísimo o la actualización. En cambio, como lector de textos funciona perfectamente, en mis tiempos de espera a la salida de la escuela de mi hija, esto es, en un estacionamiento con vigilancia y en la comodidad de una mesita de jardín. El peso es mínimo, mi hombro lo agradece, aunque si he de ir a hacer compras o necesito caminar en la calle o desplazarme en transporte colectivo, ni pensarlo, por menos de eso a mucha gente le han dado un buen susto.
Para jugar, sí, algunos juegos, no todos, nada que necesite un cursor y unos ojos ante imágenes mayores para mejor precisión. Ejemplo, Angry Birds, lo juego en la laptop o no tendría tales puntuaciones como las que normalmente tengo, la capacidad de la lap es mucho mayor, y de todos los juguetes es el mejor.

Para leer en distancias largas, es buena la miniIpad, pero el problema de seguridad, me hace elegir la versión pequeña ipod. Es pequeño, no tan incómodo como pudiera parecer solo hay que cambiar constantemente las páginas, pero es más liviano que cualquier libro pocket que pudiera cargar.
Para música, uno puede bajar en cualquier chirristor que tenga acceso a internet por algun medio. Con una cuenta de itunes tal vez he cargado un poquito la mano en esas compras, pero agradezco infinitamente que pueda ya comprar una sola canción sin chutarme discos enteros de un artista que admiro pero que pierden calidad y rellenan un álbum con canciones que no me gustan. Ya lo hacía antes desde la lap, lo sigo haciendo, lo puedo hacer desde la tableta cuando está conectada, y puedo tener libros, discos o algun otro archivo compartido entre mis dispositivos.  Ahora con los libros electrónicos. Hay tanto que leer! que he tratado de ir así con tiento, no compro si no he acabado el que tengo, al cabo que a diferencia de las librerías, parecen tener miles de copias disponibles para descagar. El precio es importante, la mitad o menos de lo que cuesta en físico. La desventaja es que no se puede prestar, salvo que prestes el dispositivo, o les regales una copia bajo tu patrocinio.

En conclusión, tener un lector electrónico es una maravilla. No suprime las ganas de comprar un libro, no cualquier libro, sino cierto texto e impreso en cierta calidad. (Ojo acá, ¿cómo es el juego de las casas editoriales, la mercadotecnia y los escritores que en realidad valen la pena?. No todo lo que vale la pena es comercial y viceversa). 
La practicidad la tiene el dispositivo, puedes cargar tu biblioteca entera en menos de 500 gr. La seguridad en que vivimos, por un dispositivo te dan un susto, un libro nunca me lo han intentado robar.

Si es necesario tenerlo, pues sí y no. Uno puede vivir perfectamente ya sin nada de esto. Como se ha vivido desde hace muchos años. La gran ventaja es la rapidez con la que uno puede tener acceso a una gran cantidad de información. Nadie podría negar que la información es poder, pero hace falta procesarlo y eso no lo hace ningun dispositivo. Es decir, el lector, el teléfono, la laptop, el ipod, etc, te transmiten información, que uno elige, y uno en su cabecita debe realizar el proceso. Tener mucha información solo por tenerla no sirve de nada, tener internet ilimitado no sirve de nada si no han encontrado una página porno por elección y no por equivocación.
Otro punto que me parece importante. ¿A qué edad puedes manejar estos dispositivos?, sobre todo si tienen acceso a internet. No me refiero a picar teclas, desplazar el dedo. Tampoco utilizo el "debes" porque no es algo que yo crea indispensable, si hay "n" herramientas electrónicas con las cuales ya te topas todos los días. En realidad, ¿cuándo se tiene la madurez necesaria para saber lo que estás haciendo, si eliges o sigues sin sentido, en cada uno de estos chirristores?... a lo mejor todavía no llego a esa edad. 

Creo que es un gran reto el saber distinguir lo que realmente necesitas, quieres o te hace falta, y resistirse al simple placer de consumir solo por tener.







martes, 24 de septiembre de 2013

Sandunga


No nací cronista, de hecho habré nacido como casi todos, con los ojos cerrados y deseando haber caído en buenas manos y no de las manos. Pero todo tiene un orden de sucesos, que luego se escogen deliberadamente para que cuadre la historia.

El caso es que cuando yo llegué a este mundo y paño de lágrimas, en mi casa ya estaba otra niñita. Ahora solo recuerdo esas primeras imagenes por lo que vimos en nuestros álbumes familiares. Aquellos que alguna tormenta se llevó o dejó. A su lado, crecí y tuve una infancia feliz, luego se nos sumó mi hermano y fuimos muy contentos en nuestra lucha. Donde hay 3, se hacen equipos de 2 y 1 integrantes, mutables segun conveniencias. Así que entre risas y más de uno que otro gancho al hígado fuimos creciendo bajo el abrigo, regaños y cariño de nuestros papás.



Ahora, esto viene al caso, porque mañana es el cumpleaños de mi hermana. Uno aprende a querer a sus hermanos, por el tiempo que se convive, lo que se vive, y después de años, uno en verdad aprecia que no es solo el lazo fraterno, sino que incluso se han convertido en tus mejores amigos. Así es mi hermana. Ella tiene muchas cualidades, y no hace falta tratarla mucho para darse cuenta de que es terriblemente noble y muy sensible. De niña me gustaban siempre sus dibujos, el trazo más simple podía convertirlo en algo muy agradable a la vista. Aprendió a leer muy chica, y siempre se ha caracterizado por ser pulcra y muy ordenada. Nos recuerdo en esos tiempos, y  era típico ver a mi hermana siempre con los pasadores muy bien colocados en su cabello perfectamente peinado, versus la niña de la caverna, digamos que en short y una calceta más abajo que otra. En las fotos familiares, uno la encuentra con su vestidito hermoso, con su sonrisa discreta, y bien acicalada, como si hubiese llevado un curso de moda antes de nacer. Es terrible tener una hermana así. Como con 20 cm más larga que yo y menos de un año de diferencia y un mundo de habilidades más de delantera.





Como casi todos los hermanos, también hemos tenido diferencias que se han solucionado a veces bien, a veces a medias con unos buenos cates, el gancho al hígado, desgreñadas o un zapatazo bien acomodado con certera puntería.
Por si fuera poco, no solo vivimos la infancia juntas, sino también la pubertad, esa etapa horrible y donde ambas nos declaramos irreconocibles porque también fuimos compañeras de escuela preparatoria, en el mismo salón. De pilón también iba nuestra prima. El rancho no es tan chico, pero así nos tocó y es una especie de lotería coincidir con tantas parientas en el mismo salón de clases. Tiene sus ventajas, de lo demás, no me pregunten.
En esas fechas, nos dimos un susto terrible, en un experimento de laboratorio explotó un matraz y salpicó de ácido el rostro de mi hermana. Fue de las veces que sentí ese zarpazo en el corazón de saber que alguien que quieres está en peligro. Afortunadamente, el dermatólogo indicó lo adecuado y mi hermana es muy metódica, así que cumplió las indicaciones estrictamente. A la fecha, tiene una piel de rostro hermosa.
Pocas personas tienen la fortuna de poder platicar con ella, y la verdad yo extraño a menudo mis salidas con ella, porque es indudablemente de las que te hacen sonreír sin mucho esfuerzo y logra transmitirte toda esa buena vibra que genera. Alivianada, y tal vez es la parte esotérica de la familia que yo nunca logro asimilar., pero es una habilidad que ella tiene, puede leer a las personas emocionalmente. Solidaria como poca gente he conocido, y siempre dispuesta a ayudar cuando alguien lo necesita, ojalá  hubiera muchas más como ella en este mundo. 
Espero que mañana tenga un muy feliz día de cumpleaños, siempre el mejor de todos mis deseos irá para ella. Te quiero Sandra.






martes, 27 de agosto de 2013

Instructivo para cambiar una llanta ponchada




1. Abra la cajuela, suele encontrarse en la parte trasera de su auto.
2. Verifique que cuenta con todo lo necesario, esto es: gato hidráulico, llave de cruz, dado para birlos de seguridad y sí, de preferencia una llanta de refacción en buen estado.
3. Ahora diríjase a la parte delantera de su auto, abra la guantera y cheque los papeles del seguro que afortunadamente cuenta para su auto. Marque al número... siga las instrucciones del operador. Espere. Disfrute de una lectura cómodamente sentado en su auto, y más vale que lo disfrute, la espera oscila entre 45 minutos a 1 hora.
4. Alze su manita cuando aviste al proveedor de servicios. Sonría, y luego vea que en menos de cinco minutos le ha resuelto su problema., incluyendo el rellenado del formato.
5. Diríjase para donde iba, hasta antes de este engorroso asunto.

6. De cuando en cuando, durante el resto del día o la semana, recuerde encarecidamente a la madrecita del jijo de la fregada que tuvo a bien colocarle ese tornillito a su llanta., esto es terapéutico.


jueves, 18 de julio de 2013

Ahí nos vidrios!





Ahora que mi hija ya va creciendo, me estoy dando a la tarea, de ir poco a poco cambiando los recipientes en los que almacenamos comida, sobre todo si va a estar en contacto con alimentos calientes. 

Sin duda el plástico tiene sus ventajas: es barato, es resistente y ofrece una gama muy amplia en colores y formas. Depende de para qué se use el plástico, yo no satanizaría su uso, de hecho es muy útil e incluso comparado con otros materiales llega a ser hasta amigable con el medio ambiente. Frase tan de moda.
Por ejemplo, adoro el contacto que ofrece la piel, en muchas de sus variantes, como en los zapatos o en las bolsas, los prefiero de ese material en cuanto a gustos, pero cuando uno ve la cantidad de agua que se emplea para trabajar la piel, ya me empieza a remorder la conciencia, aparte de que no puedo dejar de sentir cierta tristeza por el animalito que un buen día pasó de andar brincando por las praderas a quedar hecho en medida 6.5. Ahora uno puede usar zapatos de plástico, recuerden hace muchos años las chanclas windys, que se pusieron de moda, o la línea de zapatos Melissa que se ven tan monos, o las botas de lluvia o carnicero... no distingo bien de qué va cuando alguien las usa. Pero también imagino la cantidad de hongos que pueden proliferar en ese ambiente tan húmedo y falto de ventilación. Otra opción sería usar zapatos de tela y mecate, pero no siempre se adecúan al resto de la vestimenta ni la ocasión ni el clima. Entonces, pues adopto una postura intermedia, elijo zapatos de piel, pero procuro tener un buen par,  y los cuido, por eso tengo varios que he coleccionado en el transcurso de toda mi vida y miren que me gustan mucho, solo que mi espíritu ecológico está bien reforzado porque ni encuentro muchos pares adecuados para cubrir mis huesudos pies. Bolsas va por el mismo caso. En la ropa el plástico pues casi toda la contiene, y gracias a la tecnología ya existen muchas posibilidades, aunque siempre es preferible usar fibras más naturales, y siempre dependiendo de para qué se va a usar. Yo que soy asmática me olvido de almohadas de plumas de ganso y uso almohadas con relleno totalmente sintético que no acumulen tanto polvo y les cubro con el algodón de todos los hilos. 


Pero es evidente que el plástico nos inunda, no hay sitio en donde uno pueda voltear a ver y no se le encuentre en mayor o menor medida, porque se ha abusado de su uso. Maldita pobreza.


Si mal no recuerdan, hace un tiempo estuve inmersa en el mundo de mamilas y pañales. Bueno, con respecto a los pañales, nos ayudamos con el uso de pañales de tela que a mi manera de ver es incluso muy fácil usarlos, repito, las texturas que hay en telas es maravillosa, y ya no es lo que era antes, y nunca estuve fregándome el lomo frente al lavadero. Pero procuramos usar la menor cantidad de pañales desechables posible, por dos cuestiones, en orden de importancia, por salud y por procurar que la huella de contaminación de mi hija fuera más ligera. Si uno elige pañales de tela pensando en los miles de pesos que se ahorrará, bueno, en cuanto vean el precio de cada uno, empiezan a rajarse, aunque sí, a la larga puede ser una forma de ahorrar, sobre todo cuando hay más de un hijo y se reciclan.
En cuanto a biberones, obstinada como soy, en un inicio busqué sin mucho éxito los biberones de vidrio, y antes de que me caigan las fanáticas de la lactancia, no está peleado el uso, ni saben para qué, en realidad me fueron muy útiles. Son buenos contenedores por aquello de donde deposita uno el sagrado alimento del chamaco, y por otro porque no siempre se puede tener la pechuga lista para alimentar, aunque me quemen en la hoguera.
El punto acá, es que la mayor parte de biberones son de plástico, por el riesgo de que es frágil y evitar un accidente con los pequeños. Pero entonces, entre todos esos biberones uno tiene que checar la composición. Digan o no digan que están libres de bisfenol (BPA free). Y esto aplica para el resto de juguetes y contenedores de alimentos que estarán con el hijo.




El problema con el plástico cuando se usa para conservar alimentos, radica en la composición de ese plástico en particular y la temperatura a la que sea expuesto. Hay diferentes tipos de plástico, y esto no es una publicación en la que podamos profundizar mucho. Solo compartiré mis investigaciones google, lo cual pueden hacerlos por ustedes mismos. Algunos recipientes de plástico incluso pueden utilizarse en microondas, aunque yo prefiero usar cerámica o vidrio. No siempre se puede.

Entonces de unos 3 años para acá, la cantidad de recipientes de plástico que hay en el búnker, creció exponencialmente. Pero creo que es momento de ir haciendo la transición, que se hará de forma paulatina, es hora que todavía me da pánico cuando veo a la hija con un vaso de vidrio, por más que uno insista en decirles que solo se toman líquidos cuando están sentados, bueno, uno los ve correr y dar de vueltas echarse una maroma y parecen estar listos para jugar con la motosierra en las alacenas de la cocina.

Esta semana ví que en una tienda (la comercial mexicana) había oferta de refractarios y recipientes de vidrio. Pues igual que todas las ofertas, ni tan a la mitad aunque sea 2x1 comparado al precio convencional, pero al menos había! porque normalmente hay estantes llenísimos de plásticos y muy pocas opciones en cuanto a recipientes de vidrio.

Pero ya está hecho, unos pocos de plástico, y procurar guardar los alimentos en recipientes de vidrio. Además, !qué bonita luce la comida así!.




Foto: Glass food storage container, por Rubbermaid Products en Flickr. Usada bajo licencia Creative Commons Attribution 2.0 generic.

domingo, 30 de junio de 2013

Príncipes azules


Foto: My Pirnce??? por  thephotographymuse en Flickr.com. Usada bajo licencia creative commons 2.0.





Muchas mujeres crecen la con idea de la búsqueda de un príncipe azul. Dicho de manera romántica, porque nadie en su sano juicio buscaría algo así. Pero llenan a esa fantasía, y le alimentan constantemente, a fuerza de repeticiones, basándose en imágenes de caricaturas o películas.
Les diré lo que en mis tiempos de secundaria, las chicas a mi alrededor pedían para novio a alguien que fuera: alto, guero, ojos azules, rubio.
(pausa para reírnos)

Ok, en un rancho en el que francamente había pocos güeros, sin muchos que rebasen el 1.70 m de estatura, ojos oscuros como su conciencia porque los ojos azules, ¡ni siquiera había pupilentes de colores! y rubios, eso sí siempre ha habido por estos lares, gracias a L'oreal.
Miss Universo buscando a Mr Universo.

Pero volviendo a la realidad, todas las que a esa edad (entre 14 y 16 años) tenían novio, pues aceptaban ahí al puberto precoz que había logrado vencer sus propios miedos y se había aventado el numerito de pedirles que fueran novios.
Otro punto es que a lo mejor hay chicas que aunque les gusten prietos como el carbón, solo temen que sean objeto de burla si opinan algo distinto a lo que la mayoría.

Por esas épocas francamente yo ni me había detenido a pensar qué era lo que me gustaba., por mi edad 11 a 13 años, de noviecitos no hablaba nada, a duras penas me fijaba en la hora para ver las caricaturas.

Conforme fui creciendo, pues seguía escuchando esa fantasía entre algunas de mis compañeras o amigas aunque ya más atenuada; menos rubios, no tan altos, no tan güeros, y aunque sea que tuvieran ojos biches. 

Cuando los chicos empezaron a llamar mi atención y eso ya fue a mediados de bachillerato, donde solo veía de reojo a alguno que otro. Pues sin hacer muchos análisis, mis gustos se definieron por la lógica hormona. Indistintamente, morenazos tirando a prietos, gueros o amarillos, no tan altos, y de una vez flacos. 
El 90% de la población masculina en edades cercanas a la mía, cumplían el requisito, los de piel color verde francamente siempre han estado descartados y México todavía no tenía tantos obesos como ahora.  Ahora, nada más para hacer un buen filtro, y no tener que complicarme la vida con ese 90% que tampoco se trataba de acaparar, me di cuenta que debía existir un requisito todavía más importante, que fueran listos y les gustara leer (leer de esas mafufadas que me gustan). Ok,quedaron como... pues pocos.

Ahora, pensaba en eso, porque me di cuenta que muchas personas aunque tengan 30 o 40 años persisten con su fantasía, no se rinden, vaya, tampoco se quedan esperando. Se entretienen de cuando en cuando con prototipos realmente radicales a sus supuestos gustos. ¿Pero cuando uno ostenta edades superiores a los 40? a los hombres ¿les siguen gustando de 16? es hasta enfermizo eso. No me imagino de 80 años intentando magullar a un enfermerito de 20. Ni tampoco soportaría esa frustración constante cuando las expectativas rebasan las posibilidades.

En mi caso, mis gustos crecieron, o evolucionaron., y me di cuenta que la calvicie a algunos hombres no les sienta tan mal. Mientras el cráneo relumbre con ideas graciosas y llenas de ingenio. Ya decía yo, Germán Dehesa tenía un lado muy sexy.
No sé si sea resignación, yo creo que simplemente me adapto y soy feliz con mis alcances, y si se ha de tratar de seguir sonriendo al lado de un viejo lleno de arrugas, calvo y corto de vista, pues ¿qué más da?.











lunes, 24 de junio de 2013

De retache




I'll back!

Fue lo que dije hace años, cuando pisé por última vez un gimnasio. Luego estuve pachangueando mi escultural cuerpo por clases de yoga, las cuales no fueron por mucho tiempo, y eventualmente trotando a todo galope y la mayoría de veces a medio.
De 20 a 25 minutos es lo que suelo correr, cuando corro. Supongo que genéticamente ya vengo programada para durar ese tiempo. Es decir, si deseo correr más rápido o más tiempo, todo se basa en entrenar, no hay de otra. 
En casa, realmente me resulta complicado hacer ejercicio y como todos tengo los pretextos más creativos para disuadirme de la vida sport que pueden necesitarse cuando la ocasión lo amerita. 

Ahora, pues uno se cansa, de andar con lonjas. Sobre todo cuando el maldito metabolismo se ve más lento que de costumbre y las cantidades de comida, ya son un poco más grandes que las acostumbradas. Así me llevé una racha en los últimos meses del año pasado, entre festejos y glotenerías, hasta que un día., miserable día, me di cuenta que tuve que cambiar varias veces mi opción de vestuario porque ya me sentía como tamal mal amarrado.

Como lo mencioné en una publicación anterior en este blog, próximamente cumpliré 40 años, y pensé en hacerme un regalo, mejorar mi condición física y tener mejor conservado mi cuerpo. El resto, la vanidad, se integra solo al kit.
Llevé una rigurosa dieta por 9 semanas y media con lo que conseguí bajar 3 kilos, suficientes para que se ve vieran los huesos de las clavículas, y realmente no me interesa pasar al punto de anorexia.
Luego, esperar a acostumbrarme a una ingesta, con glotenerías ocasionales, pero ya más moderada, rogando por no rebotar. Ahora creo que mi metabolismo ya está estable otra vez, y viene el siguiente paso, reafirmar las carnes.

Hoy hice mi aparición a un gimnasio. El lugar que elegí, lo hice de acuerdo a mis rutas de guardería de mi hija, y trabajo. No pretendo pasarme manejando varias horas al día, para ir de un lugar a otro y con eso facilitar el sucumbir pronto. Tengo justo lo necesario, y eso me basta. Sin horarios definidos, podré usar las instalaciones en el tiempo que tenga disponible, y las únicas clases que me interesa tomar en cierto horario, son las de yoga, que será una o dos veces por semana.

Enfundada en mi traje de carácter, llegué de nuevo como novata de la vida sport. Me apalabré con el instructor en turno, me pasaron unos minutos a cardiovascular, y la verdad yo prefiero que me den mi rutina, antes de andar haciéndome la que me las sé de todas todas y terminar como chango acalambrado 12 horas después.
La flora y la fauna de los gimnasios es disfrutable, odiosa, invita a la risa, y distrae del esfuerzo físico. Es la diferencia, de hacer ejercicio en casa, cuando uno lo hace como puede y casi siempre mal.
Por la hora, en su mayoría, los asistentes eran hombres, casi todos tienen un imán para los espejos. Imagino que sienten que los  músculos se marcan a la vista, si dejan de ver, no funcionaría igual o algo parecido. 


Yo soy de las personas calladas, hago lo que me indican, no más, no menos, y observo de cuando en cuando a los parroquianos que me acompañan.

Me he reído cuando al darme un vistazo, el instructor me dice que si deseo también puedo llevar una dieta para subir un poco de peso. Le digo, por favor no que de eso vengo huyendo. Me preguntó cuánto tiempo hace que no hago ejercicio y a mi respuesta me compensa con un te mantienes delgada a pesar de eso. Sirve que de repente troto? o todo se lo debo a la madre natura (gracias!). De paso me ha enterado de su vida, atrás de su nombre, tengo un vistazo de lo que ha sido su experiencia matrimonial. Ok, no es algo que me interese, pero ha de ser que tengo cara de confesor de la reina, inspiro confianza para que me platiquen sus problemas o de plano le urgía desahogarse.

Lo que sí me di cuenta, es que tengo los músculos abdominales ahí reposando, y de toda la rutina, es lo que me ha costado mucho trabajo, maldito cuerpo dóblateeeee sin caerte.

Ya veremos qué sigue en los próximos días.

Por lo pronto, he vuelto.



Foto: a way to a healthy life by Abdullah AL-Naser en Flickr, usada bajo licencia Creative Commons.


miércoles, 1 de mayo de 2013

Planetario en Puebla

Hoy nos enfilamos muy temprano, para estar en punto de las 10 de la madrugada en el planetario de la ciudad de Puebla. Ubicado en la zona de los fuertes.
La guía roji con la que contamos data de por lo menos 2 décadas atrás. Nos damos de santos de que todavía sirva. Mi única visita previa a esta zona de la ciudad, fue hace cerca de 6 o 7 años, y solamente conocí los Fuertes de Guadalupe y Loreto al igual que el centro expositor. Por cierto en esos días había una feria artesanal (suspiro por la salsa macha que ahí adquirimos). Acabo de encontrar el post de esa visita, pueden ir a mironear por aquí.
Ahora todo está muy cambiado, es mucho más grande y las instalaciones están bastante mejoradas. Tal vez falta un poco de señalización vial e información mejor explicada por parte de los policías que auxilian a los despistados. En una de sus instrucciones, nos vimos arrojados a la avenida de camino a ninguna parte. Pero llegamos, como pasa siempre que uno tiene muchas ganas de llegar, quien sabe cómo, pero de repente estás frente a las puertas. No del cielo, espero, pero sí del estacionamiento techado.
Ya en el interior, había un evento de espectáculo sobre hielo, del cual ni siquiera tuve a bien fijarme en los horarios. Nosotros teníamos la consigna de conocer el planetario y así fue.
El planetario de Puebla es pequeño pero interesante. Unos chicos hacen las veces de guías y te van explicando a grandes rasgos, desde el proyecto en la construcción del Telescopio Milimétrico que construyeron acá en el estado de Puebla hasta las monadas interactivas sobre los astros, fuerza de gravedad, transmisión del sonido, robots, planetas y pantalla interactiva.
El Telescopio milimétrico, dicho sea de paso, es una obra magnífica y es la única de esa magnitud en Latinoamérica. Está ubicado en la cuarta cumbre más alta del país, el volcán de Sierra Negra por la zona de Cd. Serdán, y la razón por la que lo construyeron ahí, fue por su proximidad con el eje ecuatorial de la Tierra.
Nada más échenle un ojito.







Bueno, la nota graciosa, sin duda la ha puesto el chico que nos guió en la mayoría de nuestro recorrido. Cuando nos explicó que la obra del telescopio milimétrico era bajo una colaboración binacional, hizo una pausa, y nos preguntó, "¿sí saben qué es no? que colaboraron dos países..." (cara de póquer). Pensé, ¡Si nada más tengo la cara joven, pero no se preocupe tanto!

Mi hija, ha disfrutado mucho el paseo, un rato después, nuestro guía ya era su amigo y se llevaban de piquete de ombligo, autonombrándose su niñero.
El paseo lo disfrutamos mucho. Tal vez, los jóvenes que ayudan en el recorrido podrían tener más conocimientos o mejor dominio de la palabra en sus presentaciones, pero créanme que el que nos tocó, compensaba toda falla con su entusiasmo y ese toque chispeante. Como al decirme... "Cómo es la vida no? es de las cosas que nunca creí, yo pensaba que todo caía bajo su propio peso, y vea...", genuinamente asombrado ante la caída de los cuerpos en el vacio! De esos momentos en que te embriaga la ternura, y piensas ¡Dios, si existes, manifiéstate en las aulas de este país!.

También pudimos disfrutar unas proyecciones de estrellas y de monstruos voladores, los cuales eran pterodáctilos, por cerca de 45 minutos, los cuales se pasan sin mucho apuro, es fascinante verles en la pantalla gigante.


Una vez arrojados a la selva de la feria, ya a las afueras del planetario, nuestra visita fue corta. Frente al planetario está localizada la zona comercial del centro expositor, la cual ya estaba a reventar de gente y era un mundo de puestos de baratijas, y diversiones de feria para niños más grandes, como pantallas 4D, simuladores de vuelos, etc. Los puestos de vendimia, con ofertas de coma y beba todo lo que pueda por 199 pesotes. Muchos stands de cerveza.  Lo cual explica por qué hay tanta policía, si en unas horas más, los parroquianos ya están hasta el limite de sus capacidades, mentales.
También vimos que existe una aldea de niños y niñas, la cual ya visitaremos en otra ocasión con más tiempo y menos sol. Por lo pronto, nuestra visita principal nos ha dejado satisfechos, y ojalá tengan la oportunidad de visitarle.

Les dejo unas de las imagenes del planetario.




















sábado, 13 de abril de 2013

New Girl. Series de tv


Cuenta la leyenda, que una vez que caes en las redes de una serie de tv, es difícil salir de eso. Lost fue mi perdición, ninguna serie había conseguido que me detuviera a darle la oportunidad.

A partir de ahí, y luego de un embarazo que me hizo tomarme muchos días con calma y tratando de ahuyentar miedos, caí en la espiral de las series de TV. Es cierto que me gustan al igual que las películas, las de acción, suspenso, tipos duros, detalles sórdidos y ostentosos, o misterios torcidos. Pero bueno, uno no tiene solamente de eso en la vida, de hecho no lo tiene casi nunca. La vida es un carnaval, ya lo dijo Celia Cruz.


Tal vez New girl es la serie más cursilinda que he visto, considerando que me gustó Drop Dead Diva. Estuve cerca de desistir en los primeros 10 minutos, pero pasado eso, me enganchó. Conozco a varias mujeres así, como la protagonista. Que a primera vista son muy cursis, demasiado sentimentales, y ese modito tan histérico de reaccionar ante todo. Pero que luego del rechazo inicial si las dejas convivir cerca tuyo, terminas sintiendo afecto, y te divierte su forma de ver la vida. Porque sí, también se necesitan esas personas al lado de uno, a veces para reír de sus histerias y porque otras veces te consuelan y a pesar de su aparente fragilidad son lo suficientemente fuertes para abrazarte si necesitas su apoyo.

La trama de una chica compartiendo departamento con 3 hombres tiene su encanto, yo no intentaré convencerlos de que es la mejor serie del mundo. Seguramente no lo es. Pero si solo quieren pasar un buen rato, es una buena opción.

sábado, 6 de abril de 2013

De visita en Oaxaca


Pues agarré mis chivas y me fui de vacaciones. Inusualmente, con respecto a los últimos años, donde ya mis salidas más allá de la ciudad se han visto reducidas drásticamente., y doblemente porque en el periodo vacacional de semana santa no me gusta viajar.

Ya luego del entripado que he hecho, en la compra de boletos, en los que el despachador venía de la cápsula del tiempo. Me fui con mi hija. El clásico, mamá tengo ganas de ir al baño a media travesía. Las machincuepas que intentó hacer, las veces que intentó sacarse el cinturón de seguridad, y aderezar el momento con un "me siento mal, me duele la pancita", lo cual es signo premonitorio de que viene la guacareada. Afortunadamente se contuvo, y yo en mis mejores esfuerzos por invitarla a mantenerse quieta, hábilmente me lanzó un revés psicológico, exclamando tan fuerte como pudo: "mamá... no me pegues!"
El silencio de los demás pasajeros y el peso de sus miradas, me hizo sentir con un pie en alguna cárcel, por maltrato infantil, premeditación, alevosía, ventaja y todas las agravantes que se pudiesen agregar. Helada. Mi hija, decidió tomar una siesta y llegamos sin contratiempos a nuestro destino., y nadie me demandó por el maltrato imaginario.


Pero volviendo a mi anécdota vacacional. De las últimas veces que he ido, soy feliz mientras dura, hay gente de la que no me gusta estar tan separada durante tanto tiempo, lugares que han sido parte de mi vida, sonrisas amigas, cariños fraternos, y los sabores y colores que llevo en lo más profundo de mis recuerdos. 

Me he llevado una grata sorpresa con el Ex-Convento de San Pablo, el cual ha tenido una remodelación y de verdad se ve bonito, ahí al lado el museo Textil en las calles de Hidalgo y Fiallo, me encantó, y sobre todo que se luzca de mejor manera, el trabajo artesanal de las personas que se dedican en cuerpo y alma a elaborar prendas únicas. También visitamos un jardín Arterapéutico llamado Matria, y conocimos el Centro de las Artes de San Agustín, ubicado en Etla y una visita rápida al templo de Tlacochahuaya. Realmente me enamoré una y otra vez en esos lugares. Es cierto que uno recuerda y existen lugares tal y como los ví la última vez, pero he encontrando belleza en espacios nuevos, diferentes, o remodelados.


Nos la pachangueamos tanto como pudimos en Oaxaca. Luego regreso al búnker, y no puedo evitar la nostalgia.

Les comparto algunas de las imágenes que he capturado en esta ida.

















lunes, 25 de febrero de 2013

Presentes




La flaca más gorda, o la gorda más flaca, son de los motes acostumbrados que me hace el acompañante cuando mi espíritu sport/lechuga sale a flote. 

Yo no tengo la culpa de tener ésta dicotomía entre  mi alma bohemia y mi tantas veces acallado espíritu deportista. De buenas que la genética se ha hecho cargo de mucho en el andamiaje, de otra forma no sé que sería de mí, ok, sí tengo una pesada idea al respecto. Siempre puede uno culpar a la genética, no a los hábitos ni a las decisiones diarias.

En fin, que empezado el coco wash, habrá que ver la manera de disfrutar el camino hacia mi nueva apariencia. Por ejemplo escribir en el blog distrae un antojo feroz de cosas que ahorita no quiero ni recordar. También hice una anotación, y haciendo cuentas de cuánto me significará en dinero ahorrado, mismo que podré gastarme al mes en un capricho. Ese ahorro ciertamente no hace la diferencia entre acaudalar una fortuna o un guardarropa entero, ni nada realmente impactante, a lo ya acostumbrado en mi vida diaria. Pero mi yo materialista se congratula de tener ese dinero que en otros días usaba para gastar en alimentos en comida proveniente de cualquier restaurancito o comida para llevar por muy económica que fuera.

Sin embargo, encontré otro pretexto mejor: Los regalos. Siempre me ha gustado ese numerito. Los cumpleaños son la única cosa que en realidad celebro, incluyendo el mío. Puedo ser grinch para todo lo demás sin el menor remordimiento, aunque tampoco le ando castrando los festejos de loquesea a nadie. 

Me explico bajo el sencillo razonamiento de que todo en el universo obedece a la ley del menor esfuerzo, y dado que el cambio es la constante, uno cómodamente se deja fluir dentro del cambio que menos esfuerzo nos signifique. Explica fácilmente el por qué uno queda lonjudo si no hizo nada más que comer cada que tenía hambre... y a veces, un pelín más. Solo que a veces, resultaba más frecuente que lo que en realidad queremos recordar. 
Total que acá viene el coco wash maestro. En vez de estar contando los días como si estuviese presa en un régimen alimenticio que nadie me está obligando a llevar. Tomar mi responsabilidad. Lo hago porque quiero... así de calzonudo. Entonces pensé, ¿cuánto tiempo me ha llevado preparar un regalo para alguien? a veces un día, un par de días, una semana o incluso más tiempo. Bueno, éste año cumpliré 40 años contantes y sonantes, así que mi decisión fue regalarme una mejor versión de mí misma. Es decir, mi mejora no solo radica en verme espectacularmente guapa y radiante, porque usaría el mismo argumento que usarían las feas: mi belleza no es solo física.
Yo no dudo en ser buena persona, y con ciertas virtudes que a veces logran disimular mis grandes defectos. Pero hay mucho por hacer para mejorar y es un ejercicio diario. La vida espiritual y el deseo de tener mejores ingresos no va peleado. O pregunten a cierta iglesia famosa.

Entonces mi regalo, se trata de un paquete que incluye: lograr un cuerpo más hermoso, una salud más cuidada, disfrutar más los pequeños momentos, tener mejores ingresos, y hacerme de unos caprichos mundanos.

Así que mi panza de farol, es parte del proceso de un tremendo regalo que quiero obsequiarme. No puedo comprarlo, no lo venden, lo tengo que "fabricar", lentamente, todas las horas, cada día.

Y más vale, que las cougar sigamos de moda de acá a septiembre .







Foto: 
yeah i really like dandelions what of it, by Emily E. Cline en Flickr. Usada bajo licencia Creative Commons.

viernes, 22 de febrero de 2013

La gira del adiós


Desde hace un tiempo, venía ya con esa idea, de trazar otros horizontes, reprogramar mi vida si es necesario, asumiendo que uno es poco de lo que fue, aunque conserve algunos rasgos, invariablemente se transforma.

Entonces, hoy, mientras les cuento mis penas, aprovecho para ordenar mis planes, y estructurar lo que será en las siguientes semanas, todo debidamente anotado en papel. Porque aunque la era cibernética me lo facilitaría en una agenda electrónica y me mandara mis avisos a mi correo cada que lo requiriera, para mí que soy de la generación previa al twitter, sí necesito el respaldo visual de un papelito diciéndome el siguiente paso en mi conquista del mundo.

Sí, llegó el momento de decir adiós, a esas tardes en donde el deseo por unos tacos, escudándome en el hambre atroz y la mala hora me hacían pedir, una orden de 3 y luego si me cabe pido otro más.
Antes de que mi ropa me apriete, creo que debe concluir esa gira que he llevado durante estos meses, y ya no recuerdo si fue desde noviembre, ¿qué más da?. 
He decidido deshacerme de unos cuantos kilos y el lunes empiezo. El lunes es un día aciago para cualquier dieta, normalmente por el miércoles la mayor parte de gente ya abortó su misión. Pero yo creo que poca gente decide empezar en martes, por ejemplo, o en jueves. El caso es que según mis planes, una vez que se cruza la línea de fuego, es decir el día uno, te aguantas por lo menos 3 semanas. Así que si me ven mendigando por un taquito, no me hagan caso.
Lo que viene es ir al super, ya casi tengo todo lo necesario salvo algunos ingredientes que más bien parecen delicatessen, pero es eso o agua.


Adiós, garnachas, adiós tacos de pibil, la hemos pasado tan bien, y me voy con un grato sabor de boca. Literal.

Valientes regresos me doy al blog, si esto no es un quejódromo olímpico, entonces ¿para qué mantiene uno la cuenta?. El caso es que también sirve para que el compromiso personal, se vuelva a prueba de fracasos monumentales. Así que si intento sabotear el plan, podrán decir, "¡hey!, mira, allá va moviendo sus carnes aquella que una vez quiso ser flaca."
Maldita vanidad, ¿hasta donde he de llegar contigo?
Ahora para la gente morbosa y para los que me muestran su sincero cariño y apoyo, ya les iré contando cómo la llevo. Vaticino un humorcito de lo más encantador en menos de 14 días.




martes, 19 de febrero de 2013

Va de nuevo


Feliz año nuevo!

Una vez pasada la fiebre del amor estoy preparándome para disfrutar de unas vacaciones de semana santa.

Esto es, empezar a amarrarme el pico, ilusionándome con la idea de poder lucir el bikinazo en alguna paradisiaca playa o balneario o azotea, propia o ajena.

Lo que ha pasado mientras tanto, es que me dediqué a echar en marcha una idea laboral que traía en mente desde hace tiempo. Luego de muchos ahorros, ̶d̶i̶l̶a̶p̶i̶d̶é invertí mis cuantiosa fortuna de 3 pesos. El caso es que ahora estoy trabajando para recuperar mi inversión, y luego poder gastarlo con menos remordimientos, y a su vez eso me motive a seguir trabajando para ganar más dinero y volver a gastarlo, esto se repetirá infinitamente, porque así funciona la triste vida aristócrata de la nueva era.

Hace años, cerca de mis primeras dos décadas de vida, llegué a pensar que a mis cuarenta años habría amasado ya al menos mi primer millón. Ahora, veo que o me rejuvenecen o empezamos de nueva cuenta porque no veo claro. Ahora, que nunca me propuse bien en esa faena, dado que mis aspiraciones han estado más enfocadas al terrible esfuerzo mental por comprender al mundo y sus extraños habitantes, los microcosmos, la espiritualidad entendida como la belleza estética de todo lo imaginable y otros enjuagues que impiden que uno esté picando piedra y sudando para ganarse el pan.

Dios bien sabe que soy terriblemente desapegada a las pertenencias materiales, como también mi terrible gusto por estrenar trapos y tener mi mundito con vistas bonitas, el confort del clima, comer cantidades generosas de proteína animal, las espirituosas bebidas del color de la sangre y si son de reserva mejor y si se apellidan Cabernet Sauvignon, Malbec y de algunos otros apellidos ilustres me gustan mucho más, y supongo que junto a la lista de mis caprichos mundanos, al ente superior también le llegó el aviso de que soy atea de clóset.

En fin, yo nunca prometo regresar, nada más que me cansé de esperar que los de los blogs de este vecindario actualicen y me acordé que yo tampoco lo había hecho desde que encontré a mi peluquero.


Ok, volví otra vez, regálenme las dádivas de sus comentarios. Bueno, así a la fuerza no pues.



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