¡Dios mío! ¿Qué hice?
Esta frase la escuché por primera vez, cuando una tía me platicaba su primera impresión después de su noche de bodas.
Preferí responder con un silencio y dar un golpe de timón, ehhh mire allá!.... No pude hacer más. Me parecía gracioso a más no poder, pero dado el tono en el que lo había relatado, algo en mi interior me pedía contener la risa.
Sin embargo, a partir de entonces, suelo utilizar esta frase cuando me ocurren pequeñas catástrofes sin importancia.
Pues bien, no hay manera de rescatar las fotos que había en algunas publicaciones de este blog. Dada la concurrencia a este chinguirito, empezando por quien escribe, pues creo que el drama puede omitirse. Así de efímera es la vida, cuantimás unas fotitos mal hechas.
Demasiado Ego
Pienso, luego escribo, a veces no.
lunes, 13 de noviembre de 2017
lunes, 31 de julio de 2017
Volviendo a lo básico
Hace muchos ayeres que abrió este blog, pero ya tenía su historia en páginas que han pasado a mejor vida y donde es mejor no excavar. Parafraseando a JuanGa, "no lo miento, fui feliz, aunque con muy poco amor". Que en realidad durante varios años publicando eventualmente en este changarro me he divertido bastante pero los intereses y circunstancias cambian. Las redes sociales como facebook o twitter en algo han abonado, en perjuicio de los blogs, muchos no mutaron, nacieron en otra etapa de estos andares, como por ejemplo los videoblogs y muchísimas opciones ya de interacción virtual. Por otro lado, en ocasiones tengo la impresión de que a muchas personas no les gusta leer, vaya, si no es una imagen bonitilla o un meme que cause gracia después de 2 segundos les da pereza tanta letra.
Decidí hace unos días volver a este sitio, simplemente porque me gusta, sin anuncios de ningun tipo en ningun lado, ni premios para los despistados. No he de negar que da gusto encontrar gente interesante de cuando en cuando coincidiendo por estos rumbos y vaya que he corrido con suerte, pero los que lleguen, si es que llegan, vendrán por su propio click, en una alegoría al optimismo.
A estas alturas internáuticas empiezo a sentirme como un pterodáctilo perdido, habiendo pasado por los rudimentarios juegos de video y las primeras computadoras domésticas hasta estos tiempos, son años luz de diferencia. Desde y después de todo, sigo prefiriendo las conversaciones en persona, en largas sobremesas, o en lugares donde sirven cafés interminables. Me he adaptado en la medida de lo posible a todo lo que ha ocurrido desde entonces y de hecho, disfruto los triques tecnológicos, aunque jamás he sido ni demasiado tecnológica ni mucho menos geek que luego hay cada etiqueta que se da cuando apenas han logrado reiniciar el sistema en un teléfono móvil. He sido una romántica e idealista también, porque hasta hace unos años decía que no había nada comparado en libros como leer, oler y sentir las hojas y cada libro tomaba el lugar de una joya en mi librero, pero bueno, llegó el día en que combiné ambas cosas, una cuestión de costos y efectos dio paso a mejores criterios de selección.
En las últimas semanas he tenido una inmersión en youtube, vaya, que desde que funciona ese chiringuito, lo he usado, no es un descubrimiento, lo que sí lo ha sido ha sido este boom de personas vloggers que relatan sus experiencias, hay de todo, sí, como en todo, pero lo que me ha enganchadoen ocasiones por buenos motivos y otros por perversos, en ese orden, los de nutrición donde he encontrado ya las opiniones sensatas al vulgo porque en artículos serios ya se sabían, pero digamos en esta forma de transmisión de información masiva sí que juega un papel importante y pienso que hay esperanza en darle un cambio a un gran problema de salud pública que tenemos, también los viajes, quienes me conocen lo saben, me encanta viajar, que no me vean viajar es otra cosa, porque yo viajo desde que tenía 4 años, a la Julio Verne, la mayoría de las veces, pero cuenta. Entonces he dejado un poco el google maps ahí revisando sitios para escuchar los relatos videograbados de gente en distintas partes del mundo y sí que los disfruto. También me engancho fácil con algunos tutoriales de fotografía bastante útiles, y amenos. Pero los placeres culposos, viendo Hauls, que ya tienen unos años circulando pero no con este ímpetu que he visto últimamente, valga el anglicismo que tan "cool" se escucha y lee, y no me doy golpes de pecho con este materialismo infame en el cual vivimos sumergidos, que de eso ya vienen diciendo otros desde que ocurrió la revolución industrial. El caso es que el haul en cuestión es sacar prendas y no voy a detenerme en los tecnicismos, pero sacan sus trapos, y hay de todos los niveles de adquisición desde lo más lujoso a las pulgas, y así uno puede enterarse de varios detalles. Que tienen su utilidad, más allá del divertimento de los parroquianos, sí, sin duda hay algunos datos interesantes desde la perspectiva de cada uno, lo que es desesperante es el afán de ganar "manitas arriba" y seguidores, algunas graciosas y tan monas o tan articialmente hermosas, en su mayoría mujeres, sin estar exentos los hombres, y toda la gama intermedia y paralela que pueda existir en cuestiones de género. Pero vaya, todo se reduce a ser un producto de consumo, y pareciera que tenemos prisa por desechar, ávidos de algo nuevo. Esto en los blogs, ya ocurrió y ha ocurrido en muchas otras plataformas donde más de dos concurran.
Esto también pasará de moda.
Tal vez en 30 años, salga alguien desde un asilo reciclando un haul vintage, o como a mí me ocurre ahora, me da nostalgia escribir en mi blog y pues nunca es tarde para reiniciar.
sábado, 13 de junio de 2015
La cuarta
Después de 4 semanas de haber iniciado estos nuevos pasos galopantes, puedo decir que me siento bien, físicamente agradezco que mi cuerpo sea tan generoso como noble. Ningún día me he agotado ni llegado al límite. Tampoco puedo decir que ha estado fácil. Se requiere esfuerzo, sin duda, no tengo prisa, y pocas cosas se comparan a la satisfacción de sentirse bien con uno mismo, a pesar de uno mismo.
Hoy también, fue mi primera clase de Bikram. Por diversas razones se había pospuesto éste inicio. Pero he sentido que me ha funcionado el coco wash que ni Tony Kamo lo habría hecho mejor. Había practicado ocasionalmente yoga, por cortas temporadas. La mayor parte de las veces mis compañeras eran mucho más grandes que yo, digamos arriba de 60-70 años, y siempre les vi con respeto, no solo por sus venerables canas, sino por la flexibilidad que mostraban y que por mucho me superaban. Pero me sucedía, que saliendo de cada clase, lo único que quería era dormir, como nene. Había escuchado sobre el método Bikram y recientemente me puse a leer al respecto, compré la idea. Mi motivación no es bajar de peso, la cual es válida para quienes así lo hacen. Lo que me atrajo es este control y manejo del cuerpo que ví en algunos de sus adeptos. Mi primera experiencia ha sido gratificante, pude sobreponerme a todas mis ideas derrotistas que días y horas antes cruzaron. Ideas multicoloridas. "No sé si aguante el calor" "Haré lo que pueda" "A ver si no me tuerzo" "Emprenda el curso nivel kaliman". Durante el primer ejercicio, escuchar a la que estaba cerca de mí me impresionó... por un momento pensé que se estaba broncoaspirando, luego me di cuenta de que no pasaba nada malo, aunque tampoco hay necesidad de ser tan estruendoso. En realidad, la temperatura es soportable. Sudé como jamás nunca había imaginado. Ahora mismo, no sé ni cómo le hice para hacer lo que hice. Ciertas posturas son bastante complejas, y tengo el recuerdo vivo de una que nada más no logré. Fuera de eso, el trance mental por el que se atraviesa es bastante curioso, una especie de autohipnosis, Ahora no sé explicarlo bien. Es como mantener la mente en blanco y poder ignorar el mundo exterior y a tu propio cuerpo.
Después, dado que empecé un entrenamiento, hace un rato me dispuse a correr el tiempo que me marcaba el programa. Yo no sé si en realidad podría correr mucho más, pero me alegro por mis pequeños avances. Hace 4 semanas me repetía mientras trataba de mantener un trote, hazlo, aunque tengas que gatear pero no dejes de moverte sigue avanzando solo 20 minutos. Me he dicho y redicho, regañado, burlado, imagino las peores y rebuscadas palabras domingueras durante los primeros dos minutos, pero ningun intento he dejado de escuchar a la voz mandante. En éste punto siento que parezco esquizofrénica, pero uno se habla a sí mismo, por si no se han dado cuenta y tiene muchas formas, es decir uno arma la pachanga ahí adentro del neuronaje como si fueran manifestantes post electorales.
El caso es que ahí va uno como buena bestia, dejando el sudor y alimentándose de sueños. Hoy corrí 40 minutos sin parar y lo creo, me he esforzado para lograrlo.
El caso es que ahí va uno como buena bestia, dejando el sudor y alimentándose de sueños. Hoy corrí 40 minutos sin parar y lo creo, me he esforzado para lograrlo.
lunes, 1 de junio de 2015
Dance like a monkey
C'mon pretty baby, won't you take a chance?
Be my natural selection, dance, dance, dance
Exercise your demons with that monkey grin
'Cause we're gonna inherit the wind
Be my natural selection, dance, dance, dance
Exercise your demons with that monkey grin
'Cause we're gonna inherit the wind
-New York Dolls
Debo recordar no usar botas todo el día si pretendo correr por la tarde. Yo no sé que pasa, que todos los achaques derrotistas me han de dar en los minutos previos. Una vez iniciando ya le voy agarrando gusto, después de los primeros diez minutos me motivo a hacer los siguientes diez y el resto es ganancia. Una vez que hice una colección todavía pequeña de canciones que me gustan para cuando se me están agotando las fuerzas, me abandono a mi suerte, dentro de cierto margen, y que el reproductor elija la canción para el arrancón de la tarde. Estaba ya entusiasmada de estar llegando a los 30 minutos a trote amistoso, y por error en el cadencioso ritmo de mis brazos he jalado el cordón de seguridad, parando de repente la caminadora. ¡Se siente horrible!, no solo te cortan la inspiración sino que uno no está preparado para frenar.
Con todo, me puse a bailar como chango y he tomado impulso no solo para dar otro jaloneo, sino que ahora intenté correr más aprisa durante unos segundos más. No es mucho, pero es mejor que ese inicio de hace dos semanas, bufando.
domingo, 31 de mayo de 2015
Back in Black
Cause I'm back on the track and I'm beatin' the flack
Nobody's gonna get me on another rap
So look at me now I'm just makin' my play
Don't try to push your luck just get out of my way
Nobody's gonna get me on another rap
So look at me now I'm just makin' my play
Don't try to push your luck just get out of my way
AC/DC
Pensé que no iba a llegar por segunda vez a los 30 minutos sin escupir el bofe.
Ni bien había empezado el trote amistoso cuando tuve que acomodar a medio vuelo una de las medias compresoras. Uno de mis tenis no lo había sujetado lo suficientemente bien. Haber ido a una tienda de autoservicio en domingo por la tarde realmente me había puesto de mal humor, salí con migraña y dolor en un ojo.
Pero bueno, ya estando encarrerada, me mantengo en lo dicho, y me repito, corre, corre, si lo necesitas corre tan lejos como puedas.
He estado buscando algunas canciones, y a pesar de que soy aficionada a las lista de cosas inútiles, las playlist no son mi fuerte, normalmente tengo un banco de canciones y me gusta que me sorprenda el reproductor, pero para correr no me había funcionado. Necesito enajenarme un poco cuando empiezo con mis pretextos blandengues. Hasta ahorita no tengo un programa en sí para correr, tampoco tengo más objetivo que hacerlo con frecuencia y dejar de estarme quejando en los primeros dos minutos de todas las dolencias habidas y por haber.
No obstante, la primera mitad de mi objetivo es terriblemente lenta y cansada, como a la mitad siento que ya me están regresando no las fuerzas sino las ganas, y en los últimos cinco minutos me envalentono, es entonces cuando hago uno o dos arrancones a un paso más rápido que con una duración apenas un poco más de los 30 segundos, y doy un bajón a velocidad de tortuga. Estos aceleres y desaceleres requieren una canción con fuertes guitarrazos y tamboras batientes que acompañen mis pisadas que intentan ser largas y con fuerza.
Hoy he superado mis expectativas, creo que he corrido unos metros más de los planeados, ha de ser el adrenilazo de AC/DC.
Ni bien había empezado el trote amistoso cuando tuve que acomodar a medio vuelo una de las medias compresoras. Uno de mis tenis no lo había sujetado lo suficientemente bien. Haber ido a una tienda de autoservicio en domingo por la tarde realmente me había puesto de mal humor, salí con migraña y dolor en un ojo.
Pero bueno, ya estando encarrerada, me mantengo en lo dicho, y me repito, corre, corre, si lo necesitas corre tan lejos como puedas.
He estado buscando algunas canciones, y a pesar de que soy aficionada a las lista de cosas inútiles, las playlist no son mi fuerte, normalmente tengo un banco de canciones y me gusta que me sorprenda el reproductor, pero para correr no me había funcionado. Necesito enajenarme un poco cuando empiezo con mis pretextos blandengues. Hasta ahorita no tengo un programa en sí para correr, tampoco tengo más objetivo que hacerlo con frecuencia y dejar de estarme quejando en los primeros dos minutos de todas las dolencias habidas y por haber.
No obstante, la primera mitad de mi objetivo es terriblemente lenta y cansada, como a la mitad siento que ya me están regresando no las fuerzas sino las ganas, y en los últimos cinco minutos me envalentono, es entonces cuando hago uno o dos arrancones a un paso más rápido que con una duración apenas un poco más de los 30 segundos, y doy un bajón a velocidad de tortuga. Estos aceleres y desaceleres requieren una canción con fuertes guitarrazos y tamboras batientes que acompañen mis pisadas que intentan ser largas y con fuerza.
Hoy he superado mis expectativas, creo que he corrido unos metros más de los planeados, ha de ser el adrenilazo de AC/DC.
sábado, 30 de mayo de 2015
Crazy
I go crazy, crazy, baby, I go crazy
You turn it on
Then you're gone
Yeah, you drive me
Crazy, crazy, crazy, for you baby
What can I do, honey
I feel like the color blue
Aerosmith
No soy alguien que ame hacer deporte, lo he hecho en algunas etapas de mi vida, algunas veces con más entusiasmo que otros. Pero correr siempre lo he disfrutado, en algún punto, que hoy empecé a vislumbrar.
Todavía me faltan muchos kilómetros y días para que las endorfinas lleguen a la dosis suficiente.
Foto: Crazy by Zerethv. Es una tarde lluviosa, pero el aire me ha refrescado deliciosamente.
jueves, 28 de mayo de 2015
El lado Bikram
Desde hace unas semanas me dio la inquietud por practicar otro tipo de yoga. Bikram. Había visto ocasionalmente información al respecto, pero hasta esos momentos no lo había contemplado.
Siempre he dicho, no soy buena para el calor, y sin embargo, no es una limitante.
El caso es que empezaré la siguiente semana. Durante estos días he estado ya corriendo de forma más regular. Corriendo es un decir. Digamos troto y procuro no azotar, trato de deslizar un pie adelante de otro en forma rítmica sin que se me enreden ni se hagan bolas.
Desde hace muchos años, soy asmática, así que eso complica un pelín el asunto cuando tengo que hacer actividad física, pero insisto, no es una limitante. Invertí tiempo, dinero y organización de horarios para regresar a lo que siempre me ha gustado, correr. Correr en solitario, correr con mis demonios, nunca huyo, corro.
Pero me he dado cuenta de que ya nada es como antes. No se asombren, es cierto lo que se dice.
No siempre es tan malo, dicen los optimistas.
Lo obvio para mí es que necesito mayor fortaleza que antes. Antes podía dormir pocas horas, como tres, e irme a correr varios kilómetros antes del amanecer. Nunca he sido buena para ir a un gimnasio, me aburro pronto, y disfruto estar sola. Hoy estoy muy entusiasta, e inicié el viaje de exploración, merodeé el área no por prudencia ni por temor, solo que llegar con ayuda del GPS ayuda, pero me ayudaría más si me avisara que recién empezaban una obra del agua potable y que esas calles estaban atiborradas como para estacionarme.
Lo obvio para mí es que necesito mayor fortaleza que antes. Antes podía dormir pocas horas, como tres, e irme a correr varios kilómetros antes del amanecer. Nunca he sido buena para ir a un gimnasio, me aburro pronto, y disfruto estar sola. Hoy estoy muy entusiasta, e inicié el viaje de exploración, merodeé el área no por prudencia ni por temor, solo que llegar con ayuda del GPS ayuda, pero me ayudaría más si me avisara que recién empezaban una obra del agua potable y que esas calles estaban atiborradas como para estacionarme.
En adelante, éste changarro, repasará mis actividades al respecto. Quejas y sugerencias, ya saben a dónde enviarlas.
Foto: Balanced stones 2, by Steve Hardy en Flickr. Usada bajo licencia Creative Commons.
viernes, 17 de abril de 2015
Click!
En esta semana, acudimos a seleccionar lo que más nos ha gustado de la sesión de fotos que tuvimos.
Mi hija, como casi siempre, fue en su papel de acompañante, hija de su padre, el acompañante primero, con ese humor involuntario.
Le preguntaron si le había gustado la sesión, respondió afirmativamente con una sonrisa de oreja a oreja, y posteriormente le han preguntado, Oye, ¿a ti te gustaría ser modelo? A lo que ella respondió sin dudarlo: NO.
-Ya fui modelo! con ese gesto tan suficiente, y que no admite más cuestionamientos, ser modelo es una parte de su vida que parece ya estar realizada.
Mutis.
Lo que no preguntaron es a qué nivel, ya que casi siempre fue modelo menos que amateur, realmente a la fuerza, colocada casualmente mientras su pobre madre trataba de tomarle una foto comiendo su sopita, contemplando sus zapatos, tomando una flor del jardín, observando la lluvia.
De eso solamente ha sido modelo.
Pero las fotos de profesionales, sí que nos han gustado!. Hemos aprendido y comprobado que el padre no sonríe nunca ante una cámara y cuando trata de hacerlo parece una mueca y deja de ser él mismo. Rebeca no gusta de posar ante una cámara, lo que le gusta es jugar, y mientras dure el juego sonreirá, le gusta la experiencia no la foto como objeto. Yo que soy la madre, me dicen que soy fotogénica, y yo siento que las fotos no me hacen justicia, porque no se me ven las arrugas que hago cuando sonrío, ni logra captar como me brillan los ojos cuando platico con alguien que quiero. Esa justica no existe.
Ya solo nos queda esperar unos días más, para esperar el trabajo final y algunas impresiones que hemos pedido, y puedo dar por palomeado este pendiente.
Foto: By Jeremy Blanchard en Flickr.com. Usada bajo licencia Creative Commons.
sábado, 4 de octubre de 2014
Rompeolas
Muchas veces, ocuparé las analogías que ocupen el mar, y hoy escuchaba una canción "Rompeolas" de Quique González, inevitablemente me lleva a muchas ideas y recuerdos durante el transcurso de mi vida.
Y es así. Aprecio muchas cosas en la vida, pero el mar tiene al igual que la música el efecto hipnótico, y puedo cambiar de piel, de casa, de latitudes, vestir como pez de ciudad, pero en cuanto escucho el canto del mar me salen las escamas más bonitas.
No sé cuando ocurrió la primera vez que conocí el mar, pero era un escenario natural, como el caminar por la playa, o atrapar cangrejos, observarle en las noches de tormenta desde el ventanal de mi casa. esa línea en que el mar y el cielo parecen tan juntos. Nunca olvidaré la alegría inmensa que me dió cuando supe que tenía razón en suponer que la tierra era redonda, yo lo intuía observando el cielo acostada en la cornisa y con el mar al fondo. Tarde que temprano me iban a enterar de tan importante conocimiento.
Muchas imágenes volvieron a mí, de días tan lejanos en los que corría con un papalote con los pies descalzos sumiéndose en la arena, o como el día que me sentí perdida en altamar, a la deriva y saber que podía ponerme a salvo en cuanto pudiera mantener la mente tranquila y el cuerpo libre de pánico. Nadar hasta quedar convertirme en carbón, y vivir despellejada los siguientes días. Ahora no soporto el sol, qué ironía., y uso bloqueadores y me sigo rostizando a pesar de todo a kilómetros de distancia de la orilla del mar.
Un día yo estaré en el Pacífico alimentando a los peces, si es que ninguna autoridad medioambiental se interpone en mi camino. Mientras eso ocurre, voy cada cierto tiempo, y le observo, desde una hamaca, que no hay prisa para el amor.
Pocas veces intenté bucear, en lo único que me superé fue en lograr conseguir monedas en el fondo, y para eso practicaba con un tambo lleno de agua en mi casa. Ahora me imagino como ballena atorada nada más de intentar darme una vuelta ahí.
He rozado la candidez hasta límites insospechados, y aunque no pareciera o pretendiera, más de una vez he hecho el mismo examen psico-literato-gastro-localizacionista al candidato a acompañante en turno. Es como un test de compatibilidad, conducir a la víctima a mis lugares favoritos, darle a probar mis exóticos gustos, atosigarless con los fragmentos de mis libros favoritos y analizar a detalle cualquier movimiento facial/corporal como signo de aprobación/desaprobación. Total, tanto quebradero de cabeza analizando respuestas de mis evaluaciones y para no dejarme en mal, terminé dando mis golpes de timón porque llegó a mi vida, sin ánimo de irse, el famoso acompañante, al que su único recuerdo de la playa fue la infección gastrointestinal que pescó de souvenir, y que insistían en hablarle en francés y a mí como su translator mexica. Maldita discriminación.
A veces, me resulta obvia la diferencia de alguien que ha crecido en una ciudad como el DF, con jardines de asfalto., con el glamour que ofrecen las grandes ciudades, pero sin esa libertad primitiva que ofrece una playa y/o una población pequeña. Los grandes rezagos en muchos rubros, pero también la riqueza silvestre. La modernidad no siempre va de la mano con lo mejor, ni al revés. Aquí hay tema para cuestiones sociales y como para 20 cafés distribuidos en dosis de 4 tazas como máximo por tarde. Ahí luego ahondamos en eso.
Volviendo al tema éste de Rompeolas, también pensaba sobre esos viajes no tan marinos, ni tan catastróficos como el Titanic, Viajes donde llegas al puerto y al malecón, y ese pequeño instante en que pudiste decir algo. O los viajes en que no debiste decir nada.
jueves, 11 de septiembre de 2014
Pequeña
Ese niño que ví llegar a mi casa, regordete y que sonrió por primera vez conmigo, a quien tantas veces contemplaba en sus largas siestas, que lo veía tan pequeño, un día creció. Se convirtió en un muñeco que llevábamos en carreola, y lo convertimos un día, mi hermana y yo en el primer y único cliente de nuestro improvisado salón de belleza. Adquirió la costumbre de crecer, siempre, no solo en altura, sino en nobleza y desarrolló una fortaleza mental asombrosa, capaz de salir adelante en cualquier circunstancia con la frente en alto.
Hoy ese niño se ha convertido en padre, y le deseo que tenga la más maravillosa de las experiencias al lado de ese pedacito de ternura que acaban de recibir en brazos.
Todo el amor, toda la paciencia y el temple para guiar junto a su esposa, a su pequeña hija en su crecimiento. Nuestra familia está más feliz que nunca.
Hoy ese niño se ha convertido en padre, y le deseo que tenga la más maravillosa de las experiencias al lado de ese pedacito de ternura que acaban de recibir en brazos.
Todo el amor, toda la paciencia y el temple para guiar junto a su esposa, a su pequeña hija en su crecimiento. Nuestra familia está más feliz que nunca.
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