domingo, 15 de mayo de 2011

La ceguera selectiva


Me estoy convenciendo de que existe una ceguera selectiva, no es que venga yo a descubrir el hilo negro, solo que de repente me siento iluminada y veo lo que todo mundo ya se había dado cuenta y no me habían enterado. El caso es que esto de lo que hablo, está presente en nuestra vida en todo momento, incluso hasta parece que es necesaria para sobrevivir.

A veces la realidad supera nuestras fuerzas y necesita uno un placebo al cual aferrarse.
Lo ví en los temas de infertilidad. La gente, incluyéndome, leía lo que quería leer, la esperanza. Luego de un hecho como el de la pérdida de un embarazo, más de una se convierte en una lectora entrelíneas del tema. Lees los errores, las fallas, la letra chiquita, lo que trata de disimularse tras lo demasiado bueno.
Algunos, como yo, nos las damos de gente que no se deja mangonear por la suerte. Cuando la suerte te tiene acalambrado, uno a nombre de la ciencia recurre a otros discursos que hagan parecer más honroso el transitar. Dices que se resume a probabilidades. Si eso no resulta, te vas a las estadísticas. Pregúntenle a los políticos si no, esas visiones a favor o digámoslo otra vez, con la ceguera selectiva, te ayudan a mantener la compostura, finalmente ves lo que quieres ver.


A veces, mejor se pone uno metafísico, religioso o espiritual. O busca como resolver sus problemas en google. "perdí mis aretes, ¿dónde los busco?".

Ninguna cosa es mejor ni peor. De eso va la vida. Lo que sí, es que cada experiencia, la suma de ellas, es lo que marca a cada persona, somos lo vivido.

Un sabio dijo, cada cabeza es una barbacoa.
Nada más profundo y certero. Uno puede equivocarse ante los ojos del resto de la humanidad, pero ante uno, simplemente está experimentando. Aunque esos errores los pague alguien más.



Por si acaso, de vez en cuando, habrá que procurarse unos buenos lentes. Dejar de culpar a la suerte, aprender a ser más analítico. A riesgo de que le llamen a uno pesimista, a veces es más divertido ver la mayor cantidad de escenarios posibles, para que nada pueda ser peor a lo imaginado. Con lo que se vislumbra la teoría: "el pesimismo de la gente feliz".



Foto: Emmet, por skampy en Flickr. Usada bajo licencia creative commons.

1 comentario:

Jo dijo...

Yo no le hago al optimismo¡ prefiero ser una aburrida y una amargada
seguro quemucho de lo que soyhoy se debe a ciertas deciciones y convicciones ... tambien es lindo soñar no lo niego pero...
antes ya me estrellé poniendo expectativas y mejor asi plantadita un poco en la tierra
digo

yo digo

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