De hecho aborrezco a esas mafias y los clientes cautivos que mantienen la industria de la mendicidad.
Pero hoy, pensè que habìan tomado un nuevo giro. Deje atràs a los niños haciendo malabares con pelotas y entre los coches, al payaso haciendo un truco con globos, el contorsionista, el limpiaparabrisas, o el vendedor de flores, dulces, muèganos, cargador de celular, o sombra para el sol.
Lo que encontrè fue a un chico, enfundado en un traje de azteca apache. Poca ropa, buen cuerpo y bastante amable.
Me alegrè la pupila y todavìa echè un vistazo en el retrovisor, de a gratis.
Pero se agradece, el gesto amable, y el tacazo de ojo con todo y penacho.
Foto, tomada por minipunk, en Flickr, usada bajo licencia Creative Commons Attribution NonComercial 2.0 Generic.
4 comentarios:
Ir vestido de apache o de Bob Esponja es un acto de valentía que bien merece una moneda.
impúdica... pecadora... pero estyo muy de acuerdo contigo... las mejores cosas de la vida son gratis..
Por ver no se paga ;)
Sergio, tienes razón aunque yo habría esperado un poco más de valor y un poco menos de ropa por parte del danzante antes de soltarle la monedita.
Sr. Presidente, yo nada más iba pasando, ni modo que cierre los ojos cuando manejo!!
Lulú y esos tacos no engordan, jaja
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