Por el DF

Anduve de turista otra vez, visité la UNAM a ver como va todo, por supuesto con mi llegada triunfal en taxi, un chavo amarguete:
"si sabe donde es o mejor pregunto?!
-usted déjeme aquí, ya llegamos.
Nada más ven a una distinguida y ya no saben como tratarla!!!!!!!

En cambio, muchas gracias a la persona que me atendió, ahora sí marcó la diferencia, que amabilidad y RAPIDEZ, y les juro que no estoy siendo sarcástica.

Y del profundo sur hacia la zona rosa, el tour-metrobús.

Por cierto a quienes se les ofrezca hacer uso de éste transporte les aviso que hay que comprar una tarjeta de 11 chuchulucos, vía cajero que están ahí mismo. N'ombre si nada más los dejo tantito y a mi vuelta ya quieren apantallarme, con tarjetas prepago en el transporte público!. Que bueno es ser cosmopolita, si no habría tenido que pedir que me ayudaran a pagar la dichosa tarjeta o mendigar un viaje. Es casi igual que viajar en microbús, solo que aquí hace falta la música de fondo.

Disfrute un poco del viaje:

Y para qué negarlo, soy superficial, me encanta comprar ropa que pienso usar en los siguientes meses, para cuando me de frío, para cuando haya viento, para la lluvia, y por si me da calor. Lo único que me quedaron a deber son zapatos.



Maldita vanidad, pero es que parte de visitar cualquier sitio es hacerse de algo, un souvenir, me hace falta más ropa.








Y para cerrar con broche de oro, un cafecito en el giornale de palmas, que el café lo catafixié por una bebida de tamarindo con hielo frappé, es que hace un calor terrible, y después llovizna para que el cuerpo agarre defensas. Disfruté mucho la tarde, sin duda se lo debo a la plática con la diableca.