lunes, 3 de enero de 2011

Cerrado por inventario

De vez en cuando, como en cualquier negocio hay que bajar las cortinas y revisar cómo va el changarro.
Lo de las analogías no es buena idea y ni yo soy empresaria ni a ustedes les importa un bledo mis recomendaciones sobre economía.

A lo que iba es que con todo ese numerito del fin de año, uno bien puede aprovechar la ocasión para ponerse a hacer análisis y reflexiones sobre su vida pasada, y una cuantas proyecciones sobre lo que pretende para el futuro.
O igual echarse unos tragos y hacer la cara que mejor le salga, que al cabo ya la habrá entrenado todo el año.


En mi caso, cada año me cambian la tablita del juego. Porque es inevitable que existan cambios. Por mucho que uno se la pase ahí metido en su habitación tratando que la vida no se entere que andas medio acalambrado. No. La vida es una canija de marca y te saca a jugar quieras o no.
Acostumbraba a hacer listas. Aún las hago mentalmente porque las mañas son difíciles de quitar. Pero ya no las anoto con facilidad, para las actividades que tengo luego ni tiempo tengo para esas minucias. A ratos siento que caeré en un abismo profundo y negro entre tanto trique, ideas, proyectos, chamba. Mucho dicen que todo el cansancio se quita cuando ves a tu hij@ sonreír. La verdad yo siento igual el cansancio, solo que me aguanto y saco la vidita extra, o hago uso de mi resistencia física. Total, no darán un Nobel por la crianza de chamacos, pero tal vez, si para entonces no he estirado la pata, con la primera manifestación de arte que me haga Rebeca en mis muebles sienta que todo sigue su curso natural.

Un día alguien me describió en una palabra: Entregada.
A mí también me dió risa y preferí no preguntar el contexto de la descripción. Pero al fin encontré una explicación a mis obsesiones, o tenacidad, como quieran verlo.
Entonces, cada que toca reflexionar sobre lo que he hecho, lo que hay, lo que pretendo, la constante es justo la entrega de mi persona.

Es muy sencillo de explicar con proyectos tangibles. Hacer una receta, una labor manual, una chamba profesional. No solo son las ganas, sino picar y picar piedra, cuidar detalles, repasar una y otra vez el plan y siempre poner manos a la obra.
Con mis afectos no ha sido fácil nunca. Amo intensamente. Crípticamente lo hago. O tal vez es porque suelo dar tanta libertad que se confunde con desinterés. Rara vez busco a alguien, aunque les piense y mientras no superen su nivel de telepatía estará canijo que capten la señal. Hago lo que puedo pero me pueden pasar años y paradójicamente sentir que apenas platicamos ayer.
Por más que trate de ajustar ese botón, no termina por calibrar. No debería pero así es, hay dos tipos de personas en ese rubro, me importan o no. Aunque a todos los veo poco, es más sencillo cuando me buscan porque ahí siempre trato de estar disponible, porque las personas que quiero son más importantes que cualquier objeto material.
Entonces este año apunto:
Cuidar más a mis afectos.
Echarle crédito al celular, revisar la batería.
Contestar correos, no basta leerlos y enviar mensaje telepático.
Escribir en tu blog una forma de disculpa para todas aquellas veces que no les dijiste que contra todo pronóstico estás al pendiente de sus vidas. Gracias Google.



Ahora que la vida ya les dije que es canija. Curiosamente quienes me rodean me aceptan tal cual. Suerte que tienen los flojos pues.

Los propósitos caducados son:
Lo de bajar de peso, como toda buena gorda el plan está desde agosto, así que ya no es propósito nuevo.
Hacer ejercicio... al fin!!!!!!!! soy la más interesada, me vale sorbete lo de que ayude a verme escultural, es simplemente para desentumir mis bien torneadas piernas.
Leer, ya llegué a mi tope. Uno al mes está desde hace varios años. Ahora que ya se desbaratujó, porque ya no tomo un libro y leo de principio a fin. Mejor agarro varios y voy por pocos. En total el mínimo deben ser 12 al año, el máximo es uno a la semana. Más libros me niego, ni que no tuviera yo qué hacer!.

El imprescindible:
Por último lo que no debe faltar es un propósito facilito. Disfrutar lo que la vida da. Aunque de repente sean catorrazos.

3 comentarios:

GERMÁN DIEGO dijo...

Sugiero que si no hay buen balance hagas como yo, como si no hubiera pasado un año.......

Que las cuentas salgan bien.

Lata dijo...

Como siempre, me pongo de pie y repito lo mucho que te admiro.
En 2011 también =)
c.

xhabyra dijo...

Hola zereth, aqui venimos llegando desde el blog d German Diego, y en verdad que nos da gusto encontrar blogs con un archivo tan longevo.


Ya nos hacemos tus seguidores y te incluimos en nuestra lista de blogs, ojala y nos puedas visitar uno de estos dias en los que te des un descanso de tu descanso je je je


xhaludos!


www.xhabyra.com

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