domingo, 13 de febrero de 2011

Puntualité




Creo que fue en la radio donde escuché la frase "la puntualidad es cortesía de reyes". Para mí solo demuestra un par de cosas: Educación y respeto.

Indudablemente tiene que ver con la organización de nuestra vida diaria, pero finalmente son hábitos y esos se aprenden/inculcan desde muy temprana edad, así que sigue cayendo en el apartado de "educación".

Ahora, hay otro tipo de puntualidad que me entretiene. La de la comunicación. Decir lo que pensamos o sentimos en el momento justo. Bien podríamos hacer mutis y no informar de nada a nadie, en nuestra vida ermitaña. Pero al socializar, cobra importancia el aprender a expresarnos con puntualidad. Donde y para quién es el curso avanzado.
Si hoy vinieran a decirme que gané un diploma de plastilinitas 2, no solamente no les creería porque solamente cursé un año de kinder. Pero fuera de un gesto de ternura, no resultaría tan gratificante como si me lo hubiesen entregado en emotiva ceremonia durante el preescolar cursado. Un "te amo" dicho el día que conoces a alguien es prematuro, dicho después de que te despides a manera de punto final en una relación, pues solo consigue que te recuerden a la parentela.
Son incómodas las premuras aunque no tanto como las tardanzas.

Así suceden muchas "noticias" en la vida diaria. Hay que estar en el momento justo y decir lo necesario para conseguir el efecto deseado. Ni antes ni después.
He visto a mucha gente repetir el modus operandi, intentando llamar la atención carentes de gracia, y solo conducen al hartazgo.
Lo mismo pasa con los políticos y sus anuncios. Aunque no he de negar, en ocasiones el arte del efecto mediático parece ser más un don de unos pocos privilegiados, o de un buen equipo de asesores y mercadotecnia.

Aunque sin ir más lejos, podemos ver en las redes sociales el mismo fenómeno. Hay gente que es extraordinariamente buena para llamar la atención aunque resultan muchos menos los que logran mantenerla. En esta sociedad consumista, todo nos cansa demasiado pronto. Paradójicamente la velocidad con que desechamos nos remite al inicio, mantenemos lo que consideramos más apegado a nosotros o dicho de otro modo, nos quedamos en lo que en realidad nos importa, y esto es, pensamientos, ideas y emociones.
O mostrarse en cueros no más de dos veces al día.

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