Estaba un día demasiadoego, reposando la comida, en ese horario infame, cuando se apareció un alma atormentada, en una personilla deseosa de realizar sus prácticas profesionales a mi lado.
Aquí viene el problema, no por mi parte, sino que honestamente para sus expectativas requiere un volumen de trabajo con el que yo no cuento.
Así que platicamos, le planteé la situación y contemplamos revisar otras opciones.
Luego de la charla sonriente me agradecía la plática y la disposición., (yo estaba ociosa y con la panza llena así que todo estaba a mi favor), porque la verdad me da gusto poder ayudar aunque en este caso muy poco a alguien que se está formando.
Nada es tan sencillo, uno va a la escuela y es como ir al kinder garden, se tiene que estudiar mucho más afuera cuando se entera uno que ignora demasiadas cosas. Lo único que pude hacer en este momento por sus intereses es ayudarle a decidir una mejor ubicación, intercambiar datos de contacto, preguntarle sobre lo que le gusta, las opciones que no están tan saturadas y son muy necesarias dentro del área, su correo electrónico para agregarla a mis contactos y así enviarle los próximos cursos anunciados, y mi disposición para cuando lo requiera en una eventual duda técnica pues comentarla y si no se la resuelvo se la amplío.
La damnificada me viene a enterar que hay mucha envidia en mi profesión, qué novedad, lo bueno es que solo en es en esto y no es un mal generalizado, sarcasmitos s.a. de c.v. Porque no esperaba que yo fuera tan accesible (!!!), (¿cuándo me hice mala fama?). O es la actitud dispuesta al castigo que piensas que la persona con quien te vas a entrevistar ya se va a portar diva?
Lo verdaderamente triste, es cuando me comentó sus pesares, desde algunos profesores medio envidiosillos, compañeros que ya se sienten mucha pieza y ni siquiera han salido del huacal, y bla bla bla. Pura novedad.
¿Hasta cuándo? Yo pensaba que eso había pasado en mi era paleozoica.
En realidad, si uno la piensa tantito, es cierto que hay un mundo competitivo, pero también habemos tantos humanoides, que lo que hace falta es gente que sepa hacer las cosas., y lo que uno puede acumular en sus etapas productivas intelectuales es cosa de nada. Yo estoy convencida de que de lo poquitito que sé, nadie me lo "arrebatará", pero cuando uno comparte lo que sabe lo vuelve a repasar y se acomoda mejor la idea, y encima te dan uno o varios datos que te faltaban y perfeccionas lo que tenías hasta ese momento. En varias ocasiones y supongo que en muchos negocios y profesiones, alguien opina que tal o cual cosa ni sirve (echándole tierra al de al lado), pero no hay el valiente que demuestre lo que sí funciona.
Es común (hasta en los slogan msn) que se opine que los mexicanos somos como la olla de cangrejos, o que somos los peores enemigos de nosotros mismos. De eso ya estoy hasta la coronilla.
No es cosa de ir por la vida resolviéndole TODOS los problemas a la gente, porque ahí está el otro extremo de la gente que NUNCA se toma el trabajo de pensar como resolver un problema pretendiendo que los demás lo hagan, pero que los beneficios de un trabajo sean para su flojera.
A la partida de la pro-prácticante, terminé con varios datos donde pueden interesarles lo que yo sé hacer, así que la información estuvo de ida y vuelta, y una persona más que conocí y con quien espero seguir en contacto, por lo que mi teoría de que cuando compartes hay beneficios, sigue en pie. Es como la idea romántica de Dar es Recibir.
Aquí viene el problema, no por mi parte, sino que honestamente para sus expectativas requiere un volumen de trabajo con el que yo no cuento.
Así que platicamos, le planteé la situación y contemplamos revisar otras opciones.
Luego de la charla sonriente me agradecía la plática y la disposición., (yo estaba ociosa y con la panza llena así que todo estaba a mi favor), porque la verdad me da gusto poder ayudar aunque en este caso muy poco a alguien que se está formando.
Nada es tan sencillo, uno va a la escuela y es como ir al kinder garden, se tiene que estudiar mucho más afuera cuando se entera uno que ignora demasiadas cosas. Lo único que pude hacer en este momento por sus intereses es ayudarle a decidir una mejor ubicación, intercambiar datos de contacto, preguntarle sobre lo que le gusta, las opciones que no están tan saturadas y son muy necesarias dentro del área, su correo electrónico para agregarla a mis contactos y así enviarle los próximos cursos anunciados, y mi disposición para cuando lo requiera en una eventual duda técnica pues comentarla y si no se la resuelvo se la amplío.
La damnificada me viene a enterar que hay mucha envidia en mi profesión, qué novedad, lo bueno es que solo en es en esto y no es un mal generalizado, sarcasmitos s.a. de c.v. Porque no esperaba que yo fuera tan accesible (!!!), (¿cuándo me hice mala fama?). O es la actitud dispuesta al castigo que piensas que la persona con quien te vas a entrevistar ya se va a portar diva?
Lo verdaderamente triste, es cuando me comentó sus pesares, desde algunos profesores medio envidiosillos, compañeros que ya se sienten mucha pieza y ni siquiera han salido del huacal, y bla bla bla. Pura novedad.
¿Hasta cuándo? Yo pensaba que eso había pasado en mi era paleozoica.
En realidad, si uno la piensa tantito, es cierto que hay un mundo competitivo, pero también habemos tantos humanoides, que lo que hace falta es gente que sepa hacer las cosas., y lo que uno puede acumular en sus etapas productivas intelectuales es cosa de nada. Yo estoy convencida de que de lo poquitito que sé, nadie me lo "arrebatará", pero cuando uno comparte lo que sabe lo vuelve a repasar y se acomoda mejor la idea, y encima te dan uno o varios datos que te faltaban y perfeccionas lo que tenías hasta ese momento. En varias ocasiones y supongo que en muchos negocios y profesiones, alguien opina que tal o cual cosa ni sirve (echándole tierra al de al lado), pero no hay el valiente que demuestre lo que sí funciona.
Es común (hasta en los slogan msn) que se opine que los mexicanos somos como la olla de cangrejos, o que somos los peores enemigos de nosotros mismos. De eso ya estoy hasta la coronilla.
No es cosa de ir por la vida resolviéndole TODOS los problemas a la gente, porque ahí está el otro extremo de la gente que NUNCA se toma el trabajo de pensar como resolver un problema pretendiendo que los demás lo hagan, pero que los beneficios de un trabajo sean para su flojera.
A la partida de la pro-prácticante, terminé con varios datos donde pueden interesarles lo que yo sé hacer, así que la información estuvo de ida y vuelta, y una persona más que conocí y con quien espero seguir en contacto, por lo que mi teoría de que cuando compartes hay beneficios, sigue en pie. Es como la idea romántica de Dar es Recibir.