Ufff ya no veía para cuando llegaría el día de ayer, marcado en mi agenda como último día de trabajo, o inicio de mis vacaciones. Las cuales no tendrán playa, ni vodka con ginebra, tacos de pibil o mi vuelve a la vida.
Pero ya me urgía no tener que ir.
Aún ni se en qué me voy a entretener, o mejor dicho, en qué orden, y la expectativa de que tal vez puede ser 1 día o 15 de descanso me dispara la taquicardia.
Diría el acompañante que si por mí fuera yo ya estaría afuera del hospital, con mi maletita al hombro, esperando que me llegue la hora. Tal vez. Prever es una palabra clave.
Tenía toda la intención de pasar ayer por una colección de canciones infantiles, canciones de cuna y aprendérmelas para estos días. Pero como todo cierre de temporada, atiborrado y con el caos sublime. Me doy de santos de haber podido tomar un poco de agua en ciertas pausas y comer apresuradamente una torta de jamón. Ojalá el acompañante incluya esa nueva librería El sótano en nuestras diligencias del fin de semana. O sobre aviso no hay engaño. Traigo en mente una canción de Olga Guillot. A partir de la noticia de su fallecimiento, ocuparon de música de fondo esa canción y ahora se ha quedado dando vueltas en mi rocola.
Como si la pequeña requiriera dosis tempranas de intensidad y dramatismo. De cualquier modo les tendrá por sí sola.
Y bueno, ya ni las historias de taxi. Por cierto, la semana pasada a la salida de la consulta con mi médico, tomé uno para regresar al búnker. Maldito gandalla. Me cobró 70 lucas.
De todos modos le iba a pagar, pero le manifesté que su tarifa era excesiva. En otro momento podría haberme esperado pacientemente a que apareciera otro, o averiguar si hay transporte colectivo por esa zona, pero no, era el único a la redonda, y yo bufando, el tipo pensaría acertadamente, que esta gorda no está en posición de negarse. Encima quiso tomar una ruta extraña, la cual le tuve que redirigir, vaya, no tenía por que hacer más largo el viaje solo para justificar el cobro. Ha sido de las pocas veces que evito platicar con alguien, y encima luzco mi modo cortante. Al menos ha sido el granito en el arroz, del resto de taxis que he tomado en estos días no tendría queja alguna.
Eah, ya nos llegó la hora de desayunar unos huevos con tocino. Y de dejarnos consentir por mi asistente.
7 comentarios:
a mi las ultimas veces me ha pasado al reves, me han tocado taxistas poco platicadores... eso si, cada día esan peor, no saben llegar a ningun lado!!
consiguete una consola, con eso te puedes entretener las horas que sean xD
Yo siempre pongo mi cara cortante en la vía pública cuando ando sola, más en el metro y con lso taxistas.. y agudizo mi acento norteño, por si acaso... jaja.
Suerte, Zereth, que todo salga muy bien (y que salag sano, jojo) y pronto nos estés presumiendo las fotos de la muñeca.
Multipolar.
jaja no me imagino que traigas cara cortante ... nunca te he leido una mala actitud todo lo contrario
mi Zereth! no habrá palapas, ging tonics y paseos por costeras pero disfruta lo que sea posible y mas aíun es distinto este verano
tiene sun polizonte en tu barco
;)
Señoraapuntodeparir:
Descanse y por qué no nos escribe algo sobre su travesía para tener a esta hermosa nena que se parece a su tía lata?
Ahora tendrás tiempo... por unas noches más, muajjjjjj.
besos y no dejes de informar cualquier cambio, ¿va???
Mi estimada:
Ya mero, ya merito!!
Lindas vacaciones.
Besos.
Trajeado, cuál tipo de consola? de juegos?, luego se retuerce el concepto de diversión.
MP, en el DF, es requisito indispensable ir con cara cortante, y procurar hablar sin ningún acento, para preservar la integridad física, jaja. Del manual de superviviencia.
Jo, solo con la gente gandalla, se me dispara el modo cortante "no quiero ni verte". De las vacaciones, eso sí, nadie me quitará el gusto de uqe me pasee en bikini por el búnker, jaja pero es que siento que ya no ando a gusto con toda la ropa.
Latita, pues he escrito por allá en esos rumbos de wordpress, supuestamente lo maternal va en esa ventanilla, aunque es imposible no tocar el tema acá.
Germán Diego, síii, tic tac, tic tac.
A mi me da miedo platicar con los taxistas jajaja pero tu te encuentras con cada especímen :P
Y la verdad, me desespera cuando traen el taxímetro alterado, cambian la ruta o se pasan de listos queriendo ponerse pesados cuando les reclamas por algo que están haciendo mal!
Cuando regresé del viaje familiar con la abuela, un taxista nos quería cobrar $100 pesos por un recorrido en el que se cobran $40! no hay derecho, caray!
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