sábado, 1 de septiembre de 2012

Sábado



Ayer platicaba con Mr. Hyde, como suelo hacerlo desde hace años. Sin duda es uno de mis amigos más cercanos, de los que están en primera línea, y que puede reírse de mis desventuras y contarme las historias más inverosímiles como cotidianas y provocarme a la chacota sin mucho esfuerzo.
Es de las personas que puedo definir como sarcásticas, inteligente, y capaz de sacar la vena cómica a las situaciones más terribles.
O está mi otra amiga, con quien platico de cine,  postres, o música, muy avispada y con un respaldo literario interesante. Con el mismo estilito de humor negro que el anterior. Ese modelo se repite, aunque cambien los tópicos de nuestras charlas. Uno piensa que le da variedad a su grupo de amigos, pero en el fondo, comparten cierta característica, no solamente que poseen mi número de teléfono. No es el sarcasmo,tampoco es su nobleza, no es su inteligencia, o que sean bellos. Es que cualquiera de ellos, es un fuerte aspirante a volverse millonario. 
Razón de pesos, por la cual no me les despego.



En estos tiempos, en los que la economía mundial ha tenido sus altibajos, también mi corazón bursátil se pone inestable. No es que haya una relación directa del ïndice Dow Jones sobre mis emociones., nada más me pareció interesante mencionarlo. Tampoco es que no entienda la sensibilería de los libros que hablan sobre las crisis, no financieras, sino de las otras. Pero, cuando veo que algo no me es útil, ni tampoco redituable, va en contra de mi naturaleza invertirle tiempo. Porque de todos, es el recurso de mayor valor. Tiempo.

Tenía yo una desazón, luego me di cuenta de que no valía la pena. En realidad hay gente que vive con culpas, pero no sabe hacerse responsable de sus actos. Yo defino bien una línea, cuando se equivocan es su error, no mío. Cuando me equivoco, asumo las consecuencias y recompongo lo que haya por hacer, o doy el paso  que creo conveniente. Estaba molesta y triste, hasta que ví el siguiente semáforo. Ese día, cosa extraña, había un tráfico del demonio., pero eso no es lo extraño, lo poco común es que la conductora de al lado me sonrió, mientras estábamos atoradas por un accidente que hubo más adelante. Lo usual es que te echen el coche encima. Todo mundo quiere pasar como camello, por el ojo de una aguja. Yo agradecí el gesto, y me cambió la tarde. Venía ensimismada agotando mis respuestas, y no, la vida es demasiado corta. Decidí dar carpetazo, yo ya perdí parte de dos dedos de mi mano derecha, pensé que esa mutilación había sido dolorosa pero en la vida he aprendido a mutilar cargas de pesadumbre propias y ajenas. Nada es gratis, y se aprende a digerir que la vida cambia, y es el viaje,   lo que cuenta es lo que se hace mientras se vive. Y a mí me gusta vivir apasionadamente.







Foto: Dolor Reumático, Remedios Varo.








1 comentario:

Jo dijo...

hace unos meses me sentia culpable de casi todas las actitudes que tomaban hacia conmigo gente cercana...

a veces es como sentir demasiado eso de lo que esperan de ti y que no das el ancho
como vulgarmente se dice.

Literalmente hasta hace unos meses me di cuenta que yo soy humano y cero perfecta pero con montones de años conociendome o conociendo a las personas no puedo permitirme la groseria de que yo tenga que cargar con toda la responsabilidad

Hoy creo que soy más feliz con dos amigos. no los veo mucho muy seguido pero se que en cuanto yo les de un tiron del hombro o diga alguna boba cosa sabrán como estoy o me siento y estaran...

yo he tenido fallas y como tu asumo las consecuencias y si hay que reparar daños o pedir disculpas lo hago. .. no siempre recibes lo mismo pero ya no me fijo porque ya no estan en mi orbita todas esas personas a las que era mi obligación pedirles disculpas aunque yo no hubiera hecho nada...

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