
Hace un rato ya estaba entrando a un trance de tedio, así en que las horas pasan lentamente, como en cámara lenta, y uno ahí entregada, papando moscas.
Yo no sé de donde salen las ocurrencias, pero decidida a llevarle la contra a mi espíritu bohemio, con su elemental regla que es pasar de la lectura al amor y viceversa, pero no habiendo con quién leer, pues ni para qué.
Más me tardé en pensarla que en ajuarearme, y ya estaba trotando como cuaco, a las 6 de la tarde, cuando el viejerío en pleno del vecindario está en la chorcha. Hoy el grupo no pasaba de 3 individuas, pero ahí se la pasan, con pretexto de cuidar a sus hijos, esparcidas en el pasto. Así que mejor me entretengo en mis pensamientos y me dejo caer en un estado de hipnosis con mi dotación de música... Sí, mis pulmones dirán que ellos qué culpa tienen.
Sin más preámbulo y sin tener nada que ver, relataré una de las pocas veces en los últimos tiempos que he ido al cine. Extraño ir 2 veces por semana como acostumbraba, ¿ya lo había comentado?. Así que pongamos que fue ayer cuando me enviaron un mensaje de texto, acordamos la hora de llegada y ya instalados en las taquillas decidimos. Por el horario las más cercanas eran Película-cómica-predecible, y Mi vida dentro. Qué combinaciones más raras.
Escogimos la segunda, aún así todavía hubo que dar un paseo a las afueras, finalmente el paso previo por las chucherías y el refrescote. Ayer traía un antojo horrible de un vaso jumbo de coca cola, que ha de ser más agua con hielos, pero yo quería el vaso extra grande.
La sala vacía, luego de varios minutos de que había empezado la película ingresó otra persona más, cuando yo ya me sentía una blogstar, imaginando, sí, no es que haya pocos, casi nulos interesados en la película.. es que se trata de una función privada.
Me pareció bastante bueno el documental, no haré la reseña de la película, para eso hay sitios mejor informados al respecto, pero como espectadora, salí satisfecha. Anímicamente, pues no es la mejor opción, deprime, molesta, entristece. Reí ante un diálogo, cuando se refieren a la protagonista, "es inteligente, a pesar de ser Mexicana". Toinnnnnnnnng.
No todos los estadounidenses pensarán así, una parte de ellos tal vez. Acá no cantamos mal las rancheras, y eso es algo que irrita, la constante discriminación, en otras formas, en otros modos, pero finalmente la misma cosa.
Por eso quería mi refrescote.
Volviendo al día de hoy, luego de un baño resucitador para la chica sport a punto de entregar el equipo, me "encontré" ropa coqueta que no he estrenado. En esta época de crisis no puedo permitirme esas fallas, así que tendré que buscar el pretexto para que haya la ocasión ideal de lucirlas. Pensaba que era un síndrome de solterona el ir guardando ropa sexy para una buena ocasión y que esa oportunidad no llega y no llega y uno sin lucir la vestimenta. O es simplemente un exceso de ropa que ya ni sé que está inventariado. Creo que ha llegado el momento de "estrenar" coff, coff, o de dar de baja algunas que ya no me gusten, lo que suceda primero.
Yo no sé de donde salen las ocurrencias, pero decidida a llevarle la contra a mi espíritu bohemio, con su elemental regla que es pasar de la lectura al amor y viceversa, pero no habiendo con quién leer, pues ni para qué.
Más me tardé en pensarla que en ajuarearme, y ya estaba trotando como cuaco, a las 6 de la tarde, cuando el viejerío en pleno del vecindario está en la chorcha. Hoy el grupo no pasaba de 3 individuas, pero ahí se la pasan, con pretexto de cuidar a sus hijos, esparcidas en el pasto. Así que mejor me entretengo en mis pensamientos y me dejo caer en un estado de hipnosis con mi dotación de música... Sí, mis pulmones dirán que ellos qué culpa tienen.
Sin más preámbulo y sin tener nada que ver, relataré una de las pocas veces en los últimos tiempos que he ido al cine. Extraño ir 2 veces por semana como acostumbraba, ¿ya lo había comentado?. Así que pongamos que fue ayer cuando me enviaron un mensaje de texto, acordamos la hora de llegada y ya instalados en las taquillas decidimos. Por el horario las más cercanas eran Película-cómica-predecible, y Mi vida dentro. Qué combinaciones más raras.
Escogimos la segunda, aún así todavía hubo que dar un paseo a las afueras, finalmente el paso previo por las chucherías y el refrescote. Ayer traía un antojo horrible de un vaso jumbo de coca cola, que ha de ser más agua con hielos, pero yo quería el vaso extra grande.
La sala vacía, luego de varios minutos de que había empezado la película ingresó otra persona más, cuando yo ya me sentía una blogstar, imaginando, sí, no es que haya pocos, casi nulos interesados en la película.. es que se trata de una función privada.
Me pareció bastante bueno el documental, no haré la reseña de la película, para eso hay sitios mejor informados al respecto, pero como espectadora, salí satisfecha. Anímicamente, pues no es la mejor opción, deprime, molesta, entristece. Reí ante un diálogo, cuando se refieren a la protagonista, "es inteligente, a pesar de ser Mexicana". Toinnnnnnnnng.
No todos los estadounidenses pensarán así, una parte de ellos tal vez. Acá no cantamos mal las rancheras, y eso es algo que irrita, la constante discriminación, en otras formas, en otros modos, pero finalmente la misma cosa.
Por eso quería mi refrescote.
Volviendo al día de hoy, luego de un baño resucitador para la chica sport a punto de entregar el equipo, me "encontré" ropa coqueta que no he estrenado. En esta época de crisis no puedo permitirme esas fallas, así que tendré que buscar el pretexto para que haya la ocasión ideal de lucirlas. Pensaba que era un síndrome de solterona el ir guardando ropa sexy para una buena ocasión y que esa oportunidad no llega y no llega y uno sin lucir la vestimenta. O es simplemente un exceso de ropa que ya ni sé que está inventariado. Creo que ha llegado el momento de "estrenar" coff, coff, o de dar de baja algunas que ya no me gusten, lo que suceda primero.
Foto: Women's Secret! en Flickr por d0ug&r0byn. Usada bajo licencia creative commons Attribution-Noncommercial-Share Alike 2.0 Generic.