lunes, 21 de septiembre de 2009

A posteriori

Sobreviví.


Aunque todavía la estoy dudando, siento que corre demasiado dulce por mis venas.

¿Será que me harán falta unos tacos de pibil para equilibrar? Pues sepa, pero ya hoy comí jícama y sin casi nada de sal. En fin, ya los atormentaré con mis dudas existenciales.

El viernes por la noche todavía estaba respondiendo unas llamadas telefónicas y mensajes, cuando ví las noticias del tiroteo en el metro.
Muy lamentable, y es imposible no pensar acerca de ello. Más allá de la certeza de que solo un loco puede actuar así, con semejante salvajismo, ajeno para todos y para sí mismo.
Como un ciudadano cero. Su único hecho notable habría sido mejor no tenerlo nunca. En grados menores, ya hay muchos ciudadanos ceros. Los hombres y mujeres de tamaño chiquito. No por ser zotacos, que eso no se elige, y los hay chaparros pero con un espíritu gigante.
La indiferencia voluntaria y la crueldad parecen ser muy mala combinación. Basta con asomarnos a la calle, tomar un medio de transporte y ahí les veremos con la cara enjuta, y si miran solo lo hacen con desprecio. Sí, tal vez sea el chofer, que es a los que más a menudo se les ve la cara así.
Pero de pasajeros no faltará uno que otro.
Líbranos San Güichito de caer en tan malas compañías.

A propósito de emparedados, les contaré un deseo que tengo desde niña. Lo acabo de recordar, así como es de caprichosa la memoria para las cosas realmente importantes.
Pues sucede que antes existían los súpers, unas tiendas chiquitas a comparación de los grandes autoservicios actuales. Ahí, las señoras madres como la mía, se hacían de las exquisitas viandas, desde el jamón serrano, hasta el quesito "mío". Pasando por 2 litros de leche, el kilo de azúcar que en malos tiempos hasta me sentía como de la mafia, la tendera me decía: niña lleva esto a tu mamá, en una bolsa iba el azúcar de forma oculta. Eran tiempos de crisis -de las de ese tiempo, las de ahorita son la novedad-, en las que el precio se mantenía fijo y con subsidio, lo que escaseaba era el producto.
Bueno, pero ocurría un pequeño drama. En muchas ocasiones, luego del súper mi madre todavía pasaba por otros asuntos, recoger ropa, hacer algunos pagos y una mini ego, glotona como ya se veía venir, esperando en la rambler, hurtando a discreción una rebanada de jamón la cual hacía rollito. Luego otra rebanada, ahora en forma de triángulos, luego otra en forma de tiritas. Hacía pausas en cuanto mi madre abordaba el coche, si había más paradas, yo seguía mi entretenimiento.
Pero siempre pensaba en los demás, nunca me acabé totalmente el jamón, después de todo hasta me parecía artística la rebanadora, y si no le quitaban el plastiquito mucho mejor, así podía entretenerme para ir quitando los pequeños hilos alrededor de cada rebanada.
Recibí una cantidad de regaños que ya es mejor no abundar sobre ellos. Más de una vez mi madre descubría que no les alcanzaba ni para media rebanada a mis hambrientos hermanos. Cua cua cuá. Se asomaba la culpa en mi pequeño corazón. Pero no podía resistirme, en cuanto tenía a mano otro paquetito de jamón le echaba guante aunque sea a una o dos rebanaditas. No era un asunto de hambre, simple y sencillamente, me gustan los jamones.
Hasta que no lo hice más. Me prometí que un día... muy lejano porque lo dije muy convencida, tendría una barra de jamón para mí solita, donde podría comer rebanada tras rebanada hasta hartarme. En cuanto cobré mi primer sueldo, cuál jamón ni qué nada, invité a mis papás a comer mariscos. El resto de dinero que fui ganando, me iba a algun restaurante. El pobre jamón nunca ha tomado el lugar que antes tenía, y me sigue gustando el condenado, claro antes era el FUD, no crean que había el montón de marcas, ahora ya ni sé si existe, el que consumimos es uno con alto porcentaje en proteína, bajo en sal, y sabe delicioso, pero comprarme una barra, no me había cruzado nuevamente por la cabeza.
Habrá que hacer algo al respecto.




10 comentarios:

Miguel Rubio dijo...

A mí me encanta el jamón y ocasionalmente lo compro en trozo grande para hacerlo cubitos y botanearlo.

Lo prefiero de pavo y me molesta que lo rebanen delgado (ni que lo quisiera para vender).

En cuanto a las rebanadas de jamón con plastico alrededor, claro que me tocaron también a mí.

Como dices, era entretenido eso de quitarle el plastiquito.

Saludos!

Cl@udette dijo...

Jajajajjaj a ver comete unos taquitos de pibil creo que despues de tanto dulce tu cuerpo hara corto circuito pero puedes hacer el experimento :P

A mi el jamon me encanta asi solito en rollitos mmmm me puede fascinar pero si cada vuelta a la cocina hiciera eso :S creo que necesitaria asi como tú todaaaa una barra.....pero bueno espero pronto la compres y disfrutes como cuando niña comiendolo (pero ya no a escondidas)

Saludos

La Balada Despeinada dijo...

Se me antojo el jamón!!!!!

Que fea realidad nos muestra el incidente del metro, no? que ademas que vivimos tiempos complicados, somos una sociedad egoista.. un solo hombre, humilde con familia y mucho que perdder enfrento al loco pistolero.. y nadie, de los cientos de personas que estaban ahí.. lo pudieron ayudar.. Yo no se que hubiera hecho tampoco en esa situación, pero te asombra lo solos que estamos en una ciudad llena de gente.. Caray..

Un beso nena..

Lord Vyzarro dijo...

jajajajaja, quien no se divirtio comiendose las cosas a escondidas??, muy buena tu anecdota y muy simpatico tu avatar haciendo abdominales, dejo saludoss!!!!

Ashanti dijo...

Hola...es tan lamentable lo que sucedió en el metro! Esa misma noche vi las imágenes y aaah... creo que lo mejor para mi, habría sido no verlas...me removieron muchas emociones, de recientes acontecimientos violentos y dolorosos en mi ciudad, en mi Estado...y en mi pueblito natal (y hablo de diferentes acontecimientos en tres lugares distintos)en fin... Y hablando de aquellos establecimientos, cómo olvidarlos!! Me encantó tu descripción, casi pude verte en la Rambler haciendo rollitos...El jamón no fue mi máximo , por aquellos años lo era y lo sigue siendo, el queso en cualquiera de sus versiones,PERO actualmente,sí consumo mucho jamón...pechuga de pavo, bajo en sal, alto porcentaje en proteína (dice), ja,ja.
Espero pronto se restablezca el equilibrio en tu cuerpecito...Besos!!

Lucercita dijo...

Yo me comia las salchichas y cuando acompañaba a mi mamá a las tortillas ella me hacia rollitos para que comiera y entretenerme mientras llegaba a hacer comida.

mmm que rico....ah y si comprate ese jamón eh

OAB dijo...

Yo creo que lo mejor es que compres esa barra de jamón...es un gusto que debes darte.

Saludos

Unknown dijo...

creo que soy un poco mas pequeña, por que a mi no me tocaron esos supers...pero:jamon, jamon... que ricos los rollitos, aunque mi placer culposo es comerlo en rebanadas delgadisimisimas, como papel china, pechuga de pavo baja en sal... es una delicia, aunque de niña mas bien dejaba a la familia sin queso...
Saludos y te recomendaria unos panuchos de cochinita pa' bajarle a la glucosa en sangre...
Un beso

Lata dijo...

¡Tengo hambre y tú hablando de comida! jejejeje
yuuumie

Pilar Nieto dijo...

No me gusta mucho el jamón... lo como pocas veces... me da cosa cuando en la rebanada se ve un poco de grasita guacs!

Prefiero la pechuga de pavo :D esa si con gusto...

Y bueno... si nunca compraste una barra de jamón... estoy segura que ya tendrás algún antojo nuevo con ´qué sustituirla... jejeje
Me gustó tu historia del jamón.!

Besos!

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