A Virulo, le conocí a través de amigos, su música llegó vía cassettes. Sí, esas piezas de museo ahora, de un pasado no tan lejano, pero arrasado por los modernos dispositivos que hay ahora.
Acudí, ya no tan joven, a un antro a escucharle. En realidad antes era raro que llegara a mi rancho algun artista que me gustara, y más raro todavía que yo designara mis ahorros para acudir a alguna de sus presentaciones. Porca miseria.
Pero valió cada peso, y no contenta, compré otro de sus discos que pude conseguir ahí.
Si no lo han escuchado, podría recomendarles el amor al primer añejo.
El antibolero
Colibrí
Amigos, simplemente amigos no tiene pierde. Hace una parodia muy bien lograda de esa época de canciones de amor y de odio, entre amantes secretariales al estilo pimpinela.
Por supuesto que hay muchísimas canciones más, que bien valen la pena escuchar y reír con semejantes anécdotas con acordes.
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