martes, 3 de abril de 2007

Click! (Cuando a las chicas buenas les gustan los chicos malos)

Mis lectores frecuentes, tal vez recuerden que mis sueños son una versión de Bruce Willis.

Bueno, eso era cuando la moda blog todavía no existía en mi universo. Ayer, mejor dicho hoy, me sorprendí, he de confesarlo:
Soñé con un bloguero, que era mi compañerito de clase, en un curso de alemán... (les juro que no he consumido sustancias prohibidas)... y como me gustaba mi amiguito, ahh me ruborizo, de lo que puede una ser capaz durmiendo.
En efecto, nunca lo he negado, tengo gustos excéntricos, nada más hay que checar a mi acompañante para darse cuenta.
De todos los chicos, siempre elegía a los divertidos, no importaba que fuera el ratón de biblioteca, o el chico malo, pero el requisito indispensable es que tuviera sentido del humor, claro, luego una cree que se pone exigente y que le gusta la belleza estereotipada.. en estado consciente diría que no hay hombre más guapo en la tierra que George Clooney.

Bueno, siguiendo el dicho que me comenta una amiga (por consejo paterno): Entre dinero y carita, gana el patán.

Sueño con un patán.... jajaja. Venga la camisa de fuerza.

3 comentarios:

jobu dijo...

Mujer ya por pedir, pide que tenga dinerito y que este buenorro el tío. Digo yo.Je, je.

Ingrid dijo...

Jajaja, es que tienen charm los patanes, ciertamente.

A mí me gusta la combinación de ñoñez más borrachines más desmadrito.. Eso es muy difícil de encontrar

Anónimo dijo...

Ah doc, pones el dedo en la llaga... somos unos superficiales, ese es el problema :)

Personalmente, puedo reportar cierto progreso: ya casi no sueño cochinadas con las amiguitas de la escuela. Ahora sueño cochinadas con las maestras. Pero es progreso, sin duda.

Y de esa curiosa atractividad del patán: ninguna camisa de fuerza, faltaba más. Es una inclinación perfectamente sana y natural. Un sociobiólogo probablemente hablaría aquí de condicionamiento evolutivo, machos alfa y esas cosas. Un cínico simplemente te dirigiría a la "teoría de la escalera". Pero el punto es que es básicamente una tendencia muy normal (si no muy reconfortante, para el ego, quiero decir).

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