viernes, 13 de enero de 2012

La importancia ajena

A nadie le sorprende que tenga diversas amistades, aunque soy una grinch y ermitaña de primera, les guste o no y atribuyèndolo a mi buena suerte, gozo de la confianza de muchas personas.

Nunca ganarìa un premio de reina de la primavera, aunque tenga la intenciòn de participar en mis tiernos 80 años cuando me mude a un asilo de venerables vetarros.
Soy apasionada de la conversaciòn, pero evito ensuciarme las manos o mis argumentos con palabras altisonantes. Tengo la firme convicciòn de que los argumentos basados en el conocimiento y la razòn son las mejores herramientas. Digamos que de los temas que me interesan puedo participar durante largas horas sin que se me asome el aburrimiento. Cuando no, pues me despido a buscar vida en otra parte.


Con muchas cosas no estoy de acuerdo, y es ahì donde tengo la fortuna de contar con personas que piensan tan distinto a mì. Lo saben bien, si me piden consejo, les dirè lo que pienso aunque muchas veces no es lo que deseen escuchar, pero tengo la precauciòn de darles el garrotazo del lado menos espinoso. Garrotazo y abrazo.

A toda esta introducciòn, es para decir, que por supuesto que me dan flojera los concursos de facebook y en los que invariablemente al menos una vez por semana alguien se encuentra en campaña. Yo siempre voto por ellos. Aunque luego se armen las rebambarambas y terminen en altercados por que alguien tuvo màs likes de forma inexplicable, o sean insultados hasta el fin de sus dìas por participar.
No se trata de una incongruencia, al menos como yo lo percibo, es exactamente igual que como me comporto ante otras circunstancias. Lo que es importante para ellos lo respeto y les acompaño. Cuando me pregunten mi opiniòn acerca de su participaciòn entonces tal vez les diga lo que realmente pienso, compren lo que dan de premio que les sale màs barato.

Así he visto amigos casarse para divorciarse poco tiempo después, por ejemplo, y jamàs les dirìa que no lo hagan, o enfrascarse en relaciones tóxicas, o entrar a cìrculos viciosos con problemas pequeños, pero solo bajo su expresa autorizaciòn para meter mi cuchara harè comentario alguno. Hasta entonces pienso, es importante para él/ella, y yo le acompaño.


Es ahí de lo que me he colgado en este post, donde todo lo que le importa a uno independientemente de si uno està de acuerdo o no, va dentro de otra persona y la consideraciòn es el ingredìente bàsico de toda relaciòn humana. O deberìa serlo.

Tenemos muchos pretextos para concentrarnos en nuestro ombligo, pero gran parte de los problemas actuales serìan màs llevaderos si procuràramos de forma eficiente ser màs considerados con quienes nos rodean.


Sí, I Like.


1 comentario:

GERMÁN DIEGO dijo...

Difícil comentar de acuerdo al estado de ánimo, siempre hay que decir lo que uno desea en la medida de la autoridad de nuestra propia conciencia.
Saludos.

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