En el primer día a mi regreso triunfal a la ciudad de México, y ya estaba de nuevo como pez en el agua, solo que me cambiaron un poco el estanque.
Pues ya, a disfrutar de los trayectos largos en transporte público, de unos tacos a la salida del metro, para que mis defensas no sufran deterioros irreparables. Ya venía campechanamente sobre la calle de Sevilla, me entero, recién acababan de asaltar un super K, muy cerca de mi lavandería de confianza, preferí seguir caminando sin entretenerme demasiado en el peritaje, porque con tantas patrullas me siento un poco intranquila, debería ser al revés, pero tengo el síndrome de desconfianza a las corporaciones policíacas, malamente.
Ya en esquina con Reforma la fotito a la fuente de la Diana Cazadora., años de vivir por el rumbo y nunca se le hizo posar para mí, ahora tampoco creo que haya posado, más bien yo quise quitarme ese cargo de conciencia.
Había quedado en ver a Pily ya en el auditorio, nada más por no dejar, quisimos ver el remate de libros, vaya, haga usted de cuenta que yo suponía que era ir a hacerle al pepenador, para buscar entre los escombros a ver si todavía sirve algo.
A paso veloz, llegué.
Pily ya me estaba esperando, tostándose al sol, que mujer tan ingrata, yo ya llegué boqueando, pensé en quejarme del calor, pero me aguanté 5 minutos. Al menos intenté saludar primero.
El remate está bien, mire la realizan en la explanada del auditorio, hay espacio, se podía transitar sin mucho problema, supongo que para el fin de semana (estará hasta el sábado 28) habrá mucha más gente, ya ve que a muchos les gusta ir poco antes del cierre, por sus múltiples ocupaciones o por el gusto de sentir mayor adrenalina.
Es muy parecida a una feria del libro, no hay descuentos espectaculares, tampoco hay gran variedad de los libros convencionales, dependerá mucho de lo que a usted le agrade o piense que puede cargar.
Lo que sí, en alfaguara anunciaban que a las 4 llegarían más libros, tal vez funcionó un poco la expectativa, nosotras ya estábamos muy cerca de la hora, mironeamos un poco por aquí y allá, y acudimos poco después de que abrieron varias cajas.
Cheque el amontonamiento.
La última foto y yo también pedí un ejemplar, antes de que se los acabaran todos. Si tiene ganas de ir vaya, ojalá que encuentre algo de su agrado.
No, los libros no se acabaron, algunos terminarán en la basura y no crea que el mundo perderá gran cosa. Nos quedaremos con la duda de si todos los que pidieron libros a manos alzadas pasaron a la caja, vaya, si esos libros ya los daban por perdidos imagino que hubo algún altruista que le ayudó a escapar a uno que otro ejemplar de las llamas o de la basura. Nosotras, evitamos la tentación, pagamos y nos fuimos a tomar un café a Polanco, para reponernos de la impresión, del calor y para intercambiar puntos de vista, componer el mundo desde la terraza del café y reírnos de todo y nada.
Pues ya, a disfrutar de los trayectos largos en transporte público, de unos tacos a la salida del metro, para que mis defensas no sufran deterioros irreparables. Ya venía campechanamente sobre la calle de Sevilla, me entero, recién acababan de asaltar un super K, muy cerca de mi lavandería de confianza, preferí seguir caminando sin entretenerme demasiado en el peritaje, porque con tantas patrullas me siento un poco intranquila, debería ser al revés, pero tengo el síndrome de desconfianza a las corporaciones policíacas, malamente.
Ya en esquina con Reforma la fotito a la fuente de la Diana Cazadora., años de vivir por el rumbo y nunca se le hizo posar para mí, ahora tampoco creo que haya posado, más bien yo quise quitarme ese cargo de conciencia.
Había quedado en ver a Pily ya en el auditorio, nada más por no dejar, quisimos ver el remate de libros, vaya, haga usted de cuenta que yo suponía que era ir a hacerle al pepenador, para buscar entre los escombros a ver si todavía sirve algo.
A paso veloz, llegué.
Pily ya me estaba esperando, tostándose al sol, que mujer tan ingrata, yo ya llegué boqueando, pensé en quejarme del calor, pero me aguanté 5 minutos. Al menos intenté saludar primero.
El remate está bien, mire la realizan en la explanada del auditorio, hay espacio, se podía transitar sin mucho problema, supongo que para el fin de semana (estará hasta el sábado 28) habrá mucha más gente, ya ve que a muchos les gusta ir poco antes del cierre, por sus múltiples ocupaciones o por el gusto de sentir mayor adrenalina.
Es muy parecida a una feria del libro, no hay descuentos espectaculares, tampoco hay gran variedad de los libros convencionales, dependerá mucho de lo que a usted le agrade o piense que puede cargar.
Lo que sí, en alfaguara anunciaban que a las 4 llegarían más libros, tal vez funcionó un poco la expectativa, nosotras ya estábamos muy cerca de la hora, mironeamos un poco por aquí y allá, y acudimos poco después de que abrieron varias cajas.
Cheque el amontonamiento.
La última foto y yo también pedí un ejemplar, antes de que se los acabaran todos. Si tiene ganas de ir vaya, ojalá que encuentre algo de su agrado.
No, los libros no se acabaron, algunos terminarán en la basura y no crea que el mundo perderá gran cosa. Nos quedaremos con la duda de si todos los que pidieron libros a manos alzadas pasaron a la caja, vaya, si esos libros ya los daban por perdidos imagino que hubo algún altruista que le ayudó a escapar a uno que otro ejemplar de las llamas o de la basura. Nosotras, evitamos la tentación, pagamos y nos fuimos a tomar un café a Polanco, para reponernos de la impresión, del calor y para intercambiar puntos de vista, componer el mundo desde la terraza del café y reírnos de todo y nada.
6 comentarios:
Ah, y de qué eran los libros que te robaste? je je.
Ay mana, andas rete desaparecida, eh?
Qué chido que disfrutes de DF, cuánto tiempo te quedarás? Yo llego el domingo... con maletas y todo.
orales qeu chido, yo tengo ganas de ir... pero no se... ando bajo de lana, :p
Diableca!!! por fin en estos lares jajaja
Pues lenta lenta pero ya terminé el libro que traía en la bolsa... Y los otros ya me están haciendo ojitos jajaja
Creo que por fin agarré vuelo de nueva cuenta! :D
Besos
Me quedé con ganas de disfrutar el remate de libros, pero por andar fuera no pude asistir. Al leerte me doy cuenta que debí por lo menos de buscarme un espacio y acudir aunque fuera 5 minutos.
Buen café en Polanco, elegiste un buen lugar.
Saludos
lata, lo pensé por un instante, pero maldita la hora en que no me insertaron el chip de la magia en desaparecer objetos, sin el pago previo. Terminé pagando unas novelas de Saramago y una de Orhan Pamuk.
hombre del traje gris, fuiste?
Pily, que se abran los cielos y se haga la luz!
Héctor, a la otra vamos, jeje chincualuda que soy.
No, no pude!, aparte me dijeron que el sabado no se podia ver nada que estaba hasta el gorro!
Publicar un comentario