Como todos ya saben, y los que faltaban se enteran ahora mismo, tuvo a bien festejarse el cumpleaños 38 de mi bien amado acompañante.
Suenan las matracas.
La verdad son un friego de años. Aunque sufrí veladas y directas amenazas del implicado, con que no insistiera con hacer jolgorio, hice lo acostumbrado: hacer caso omiso y poner mi cara mustia, porque no voy a despreciar motivos para festejar.
Lo que el cumpleañero evita a toda costa, es festejar a su nombre y terminar atendiendo invitados, a nombre de todos.
Así que organicé el magno evento, el único invitado era él y la única sirviente era yo.
Tremenda mulata caribeña sirviendo las ricas viandas al amito, por cierto muy blanco color pambazo.
En la noche previa, ni pegué bien el ojo, mi último intento por ir por los ingredientes secretos se frustró por el propio festejado que no supo pero me echó a perder el numerito.
Hay días en que una quiere salir sola, sin pegostes, pero lejos de ser un acto egoísta, es por contemplar en exceso a otra persona.
El gran día. Llena de detalles, me quité las lagañas desde muy temprano, me afiné la voz tanto como pude, y dí mi mejor discurso, algo breve pero muy significativo: Feliz cumpleaños.
No hubo como otros años el regalo sacado bajo mi manga, ni detrás de un mueble, o un mensaje avisando que revisara su escritorio. Cero canicas... Nada mejor que fingir que se le hizo caso, cuando dijo que no quería nada.
Total, que todo se redujo a hacer compras en el mismo día. Justamente es algo que me evito pero ya ni para rechistar, con tal de "sorprender" al cumpleañero, con una cena deliciosa, además de calórica.
Durante todo el año, estuve atenta, ojos y orejas recibiendo señales, analizando gestos, y tomando nota de los posibles antojos más antojables. Canelones de paté y pay de limón, fueron los que ganaron al resto de opciones.
La primer receta me la dió su mamá, esa misma mañana; la segunda, hice un híbrido, y la sufrí como no tienen idea. Lo único que sabía hacer era la costra del pay. Casi me pongo a rezar, donde no agarrara la consistencia requerida. Y si ven un merenguero ríndanle tributo, no es cualquier cosa hacer ese batido.
Afortunadamente todo salió bien. Hasta el fregado de pisos, y el alaciado de cabellera.
Que no se note mi sufrir. Me sentía con el cuerpo apaleado, de tanto trajín, el perfeccionismo es agotador. Sí, soy una maníaca. Lo bueno es que pretextos de estos tengo uno al año.
Los cumpleaños son especiales, ninguna otra fecha me causa más alegría que los cumpleaños de la gente que quiero. Es como el día que dejo de ser grinch.
El acompañante es feliz, o que venga y me desmienta.
Solo mis lonjas están intentando hacerme la vida difícil, aportan drama. Obviamente no iba a desperdiciar los recalentados de la cena, durante toda la semana. Así que imagino que si me revisan el colesterol y la glucosa en sangre, les sorprendería que todavía esté fluyendo.
Desde mañana, reinicio el ejercicio. Si no se raja mi compinche, que es la amiga con la que fui al rally. Hemos quedado de acuerdo luego de sus intentonas por sabotearme, aunque odio empezar rutinas de alimentación o ejercicio en lunes, estadísticamente tienen mal pronóstico.
Foto: Faux Confetti Cupcakes por Creative Abubot, en Flickr. Usada bajo licencia Creative Commons Attribution-Non Commercial- No Derivative works 2.0 Generic.
Suenan las matracas.
La verdad son un friego de años. Aunque sufrí veladas y directas amenazas del implicado, con que no insistiera con hacer jolgorio, hice lo acostumbrado: hacer caso omiso y poner mi cara mustia, porque no voy a despreciar motivos para festejar.
Lo que el cumpleañero evita a toda costa, es festejar a su nombre y terminar atendiendo invitados, a nombre de todos.
Así que organicé el magno evento, el único invitado era él y la única sirviente era yo.
Tremenda mulata caribeña sirviendo las ricas viandas al amito, por cierto muy blanco color pambazo.
En la noche previa, ni pegué bien el ojo, mi último intento por ir por los ingredientes secretos se frustró por el propio festejado que no supo pero me echó a perder el numerito.
Hay días en que una quiere salir sola, sin pegostes, pero lejos de ser un acto egoísta, es por contemplar en exceso a otra persona.
El gran día. Llena de detalles, me quité las lagañas desde muy temprano, me afiné la voz tanto como pude, y dí mi mejor discurso, algo breve pero muy significativo: Feliz cumpleaños.
No hubo como otros años el regalo sacado bajo mi manga, ni detrás de un mueble, o un mensaje avisando que revisara su escritorio. Cero canicas... Nada mejor que fingir que se le hizo caso, cuando dijo que no quería nada.
Total, que todo se redujo a hacer compras en el mismo día. Justamente es algo que me evito pero ya ni para rechistar, con tal de "sorprender" al cumpleañero, con una cena deliciosa, además de calórica.
Durante todo el año, estuve atenta, ojos y orejas recibiendo señales, analizando gestos, y tomando nota de los posibles antojos más antojables. Canelones de paté y pay de limón, fueron los que ganaron al resto de opciones.
La primer receta me la dió su mamá, esa misma mañana; la segunda, hice un híbrido, y la sufrí como no tienen idea. Lo único que sabía hacer era la costra del pay. Casi me pongo a rezar, donde no agarrara la consistencia requerida. Y si ven un merenguero ríndanle tributo, no es cualquier cosa hacer ese batido.
Afortunadamente todo salió bien. Hasta el fregado de pisos, y el alaciado de cabellera.
Que no se note mi sufrir. Me sentía con el cuerpo apaleado, de tanto trajín, el perfeccionismo es agotador. Sí, soy una maníaca. Lo bueno es que pretextos de estos tengo uno al año.
Los cumpleaños son especiales, ninguna otra fecha me causa más alegría que los cumpleaños de la gente que quiero. Es como el día que dejo de ser grinch.
El acompañante es feliz, o que venga y me desmienta.
Solo mis lonjas están intentando hacerme la vida difícil, aportan drama. Obviamente no iba a desperdiciar los recalentados de la cena, durante toda la semana. Así que imagino que si me revisan el colesterol y la glucosa en sangre, les sorprendería que todavía esté fluyendo.
Desde mañana, reinicio el ejercicio. Si no se raja mi compinche, que es la amiga con la que fui al rally. Hemos quedado de acuerdo luego de sus intentonas por sabotearme, aunque odio empezar rutinas de alimentación o ejercicio en lunes, estadísticamente tienen mal pronóstico.
Foto: Faux Confetti Cupcakes por Creative Abubot, en Flickr. Usada bajo licencia Creative Commons Attribution-Non Commercial- No Derivative works 2.0 Generic.
13 comentarios:
Pues simplemente puedo decir ahhhhh que bonito :D
Felicidades al cumpleañero.
Y para ti: ánimo con el ejercicio!!
Que mejor que la matusalénica edad celebrarla con alguien que nos quiere y que dejando de lado peripecias o negativas.. bien se sabrá imponer para hacernos sentir bien
seguro el acompañante se lo merece y seguro que bien se lo habrá ganado
besos Zereth
solo puedo decirle dos cosas a tu acompañante, que suertudo, y muchas felicidades, neta que lo atendiste como rey, que no se queje, dejo saludoss!!!
Que rico apapacho... y como dice Lord Vizarro, que suertudo!
Todo valio la pena con tal de hacerlo sentir como rey...como bien dices pocos días valen tanto la pena como el cumpleaños de uno mismo y de sus seres amados.
Nuevamente felicidades al festejado!!! y que vengan hartos años más, al lado de tan buena compañía.
Besos
P.D. suerte con el nuevo regimen
Que afortunado el acompañante...lo que habrá detrás de tanto esfuerzo y detalle...repito, que afortunado el acompañante!!! Seguro se lo merece.
Feliz inicio de semana, como siempre un gusto leerte...
P.D. Si, la mandíbula, la cara completa estaba superinflamada, ya no me quiero ni acordar.
Saludos afectuosos.
Tremenda mulata caribeña sirviendo las ricas viandas al amito, por cierto muy blanco color pambazo. JAJAJAJAJAJAJA....
jajajajaja
jajajajja
ZOQUETA.
oYEssss... me preguntaron de sirius que si tú qué onda? jejeje..
Yo chatié contigo ... ¿ese día? Buen festejo.
jajaja... Definitivamente te voy a tratar bonito jajaja
Oye! qué festejado y que agasajada... ya quisiera yo un acompañante tan hacendoso como tú!!!
Me quito el sombrero y le aplaudo al merengue pero que tú hiciste... los demás son expertos tú te llevas las palmas!!
Besos!!!
Eso que usted hace por el acompañante se asemeja a eso que los humanos llaman amor, se dice que se hacen las cosas mas extraodinarias cuando se ama, incluso, tratar de hacer feliz a alguien que no sea uno mismo...
Me parece estupendo!!
simplemente o nos damos a odiar o a querer, me da gusto por los dos el aniversario, que es solo eso, son bien jovennes los dos.
Yo soy bien grinch pa mi cumple, pero dificilmente fallo en el de alguien mas...
y cuales lonjas... de seguro exageras como toda buena fémina...
No hables de comida!! que me da más hambre!.. felicidades al festejado sabiendo que eso a ti tmb te hace feliz.. :)
AHHH ZERETH PENSE QUE VERIA LA FOTO DEL FESTEJADO Y LA TUYA CON TU ALACIADO QUE SE TE VEIA TAN SHIDO.
SOFY
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